En esta imagen, distribuida por la agencia noticiosa estatal siria SANA, un bombero extingue las llamas en un autobús tras una letal explosión, en Damasco, Siria, el 20 de octubre de 2021. Foto: La Hora/SANA vía AP.

DAMASCO, Siria / AP

Al menos 14 personas fallecieron y varias más resultaron heridas el miércoles en la mañana tras la explosión de dos bombas en un bus que trasladaba a soldados en Damasco, en uno de los ataques más letales en la capital de Siria en años, dijo un funcioanrios militar.

Aunque el conflicto armado entre el gobierno sirio y los insurgentes, que comenzó hace una década, continúa en algunas partes del país, incluyendo en el feudo rebelde del noroeste, los atentados en Damasco son extremadamente inusuales desde que las fuerzas del presidente Bashar Assad expulsaron a los combatientes opositores de los suburbios de la ciudad en 2018.

Las explosiones se produjeron en una concurrida intersección, cerca de un punto importante de transbordos donde suelen coincidir pasajeros y escolares. Tras el ataque, la televisora estatal siria mostró imágenes del calcinado autobús siendo rociado con agua por los soldados, mientras los curiosos corrían a un puente cercano para observar la escena.

Nadie se atribuyó la responsabilidad del ataque, pero varios grupos insurgentes y yihadistas que buscan destronar a Assad tiene una presencia activa en el país.

Por otra parte, rescatistas reportaron la muerte de 10 personas, incluyendo cuatro menores y una mujer, en un bombardeo gubernamental sobre una población en el último enclave rebelde del noroeste. El vicecoordinador humanitario de Naciones Unidas para la región, Mark Cutts, calificó de “impactantes” las informaciones sobre el ataque, que alcanzó un mercado y calles próximas a escuelas mientras los alumnos se dirigían a clase.

Este fue uno de los ataques más violentos en la zona desde la tregua firmada en marzo de 2020 para el noroeste, que fue negociada por Turquía y Rusia, aliados de la oposición y el gobierno, respectivamente. El alto el fuego se ha violado repetidamente, y las fuerzas de Assad prometen a menudo tomar los territorios que todavía no están bajo su control.

En un primer momento, los medios estatales sirios dijeron que el ataque de Damasco estuvo causado por bombas camineras. Pero más tarde citaron a una fuente no identificada del ejército sirio que explicó que los artefactos estaban adosados al exterior del vehículo.

Una tercera bomba cayó del autobús y fue desactivada por soldados tras las dos primeras explosiones, agregó la fuente. Es habitual que el gobierno haga pública información empleando fuentes anónimas en los medios estatales.

“Es un acto cobarde», afirmó el comandante de la policía de Damasco, el mayor general Hussein Jumaa, en declaraciones a la televisora estatal, añadiendo que la policía acordonó a zona de inmediato y se aseguró de que no había más artefactos. Además, pidió a la población que informe a las autoridades sobre cualquier objeto sospechoso que vea.

Según Jumaa, uno de los heridos falleció a causa de las lesiones más tarde, elevando la cifra inicial de fallecidos a 14 personas.

No estuvo claro de inmediato si todos los fallecidos en el bus eran pasajeros. El oficial militar contó que los explosivos estallaron poco después de las 07:00 de la mañana. Más de una hora después, operarios habían limpiado la zona y el calcinado vehículo había sido retirado.

El bombardeo del miércoles se produjo en la localidad noroccidental de Ariha, en la provincia de Idlib, que está controlada en su mayoría por grupos rebeldes entre los que destaca Hayat Tahrir al-Sham, que en su día estuvo afiliado a Al Qaeda.

La Defensa Civil Siria, también conocida como Cascos Blancos, dijo que además de las víctimas mortales, otras 20 personas resultaron heridas por la caída de docenas de bombas sobre la localidad. Los rescatistas seguían buscando sobrevivientes entre los escombros.

El conflicto sirio, que comenzó en marzo de 2011, se ha cobrado más de 350.000 vidas y ha obligado a la mitad de la población a abandonar sus casas, incluyendo a cinco millones de personas que viven como refugiados en el extranjero.

 

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