Combatientes talibanes caminan a la entrada de la mezquita Eidgah después de una explosión en Kabul, Afganistán. Foto La Hora/AP/Felipe Dana.

Fuerzas talibanes asaltaron un escondite de la filial de Estado Islámico en la capital afgana y mataron a varios insurgentes, horas después de un ataque con muertos ante una mezquita de Kabul, según dijo hoy el Talibán.

Cinco civiles murieron en la explosión del domingo ante la mezquita de Eid Gah, y aunque nadie reclamó la autoría del ataque, las sospechas recayeron con rapidez en el grupo EI, que ha redoblado los ataques contra sus rivales talibanes desde que estos tomaron el control de Kabul a mediados de agosto.

Funcionarios talibanes se habían reunido en la mezquita para un servicio funerario por la madre del portavoz talibán Zabihullah Mujahid.

En un comunicado hoy, Mujahid dijo que las fuerzas talibanes habían asaltado un centro de operaciones de EI en el barrio de Khair Khana, en el norte de Kabul. No dijo cuántos milicianos habían muerto o si algún combatiente talibán había resultado herido en la operación.

El ataque del domingo fue el más mortal desde que el Talibán tomó el control de Afganistán con la caótica salida de las últimas tropas estadounidenses el 31 de agosto.

El grupo EI se había atribuido la responsabilidad del espantoso ataque del 26 de agosto que mató a más de 169 afganos y 13 militares estadounidenses ante el aeropuerto de Kabul, al que miles de personas intentaban acceder para huir del régimen talibán.

El grupo EI reapareció en Afganistán en 2020 tras verse debilitado por una intensa campaña de bombardeos estadounidenses en la zona este del país en 2019. Se le atribuyó un brutal ataque en 2020 contra un hospital materno infantil en el que murieron 24 personas, incluidos bebés recién nacidos. Este año se les atribuyó otro violento ataque a una escuela en el barrio de Dasht-e-Barchi, de mayoría chií, en el que murieron más de 80 estudiantes.

El ataque del domingo subrayó los crecientes desafíos para el Talibán. El grupo realizó frecuentes ataques durante sus 20 años de insurgencia, pero ahora trata de contener a milicianos rivales que han empleado los mismos métodos. Y lo hacen durante un colapso económico nacional sin las enormes remesas de ayuda extranjera que recibía el gobierno con respaldo estadounidense al que derrocaron.

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