El popular alcalde de la capital filipina registró hoy su candidatura a la Presidencia en las elecciones delaño que viene y prometió combatir los brotes de coronavirus, reparar la maltrecha economía del país y sanar las profundas divisiones políticas.
El alcalde Isko Moreno es uno de los muchos aspirantes en lo que se espera sea una multitudinaria yhostil pugna política para suceder a Rodrigo Duterte. El senador y boxeador retirado Manny Pacquiao presentó su candidatura el viernes, y la hija de Duterte también podría sumarse a otros posiblescandidatos para los comicios del 9 de mayo.
Moreno, de 46 años, creció en las barriadas de Manila y llegó a buscar comida entre la basura cuando era niño. Se espera que su campaña haga hincapié en su historia de superación personal, su aspecto de estrella de cine y sus elogiados proyectos en Manila, como la restauración del orden en sus caóticas calles y mercados públicos.
Pero se enfrenta a famosos y políticos formidables, incluido el que reciba el apoyo de Duterte y su partido de gobierno.
«Somos demasiado divisivos e indecisos (y) eso causó el bloqueo de nuestra economía, además de la pandemia», dijo Moreno a la prensa. «Compatriotas, denme una oportunidad de sanar nuestro país para un futuro más brillante».
El sucesor de Duterte heredará enormes problemas, como la pandemia, que causó la peor recesión de la historia del país, una arraigada pobreza e insurgencias islámicas y comunistas que llevan décadas en marcha. El próximo mandatario también tomará el relevo en un ambiente político tenso y en el que Duterte enfrenta una posible serie de procesos legales por su brutal campaña antidroga, que ha dejado más de 6.000 muertos, la mayoría sospechosos de delitos menores de drogas. La Corte Penal
Internacional investiga las muertes.
Duterte, de 76 años, está enfermo y anunció el sábado que se retiraría de la política y abandonaría su plan anterior de presentarse a vicepresidente por el partido PDP-Laban, que ahora está en el gobierno.
Esa decisión permitiría que su hija, Sara Duterte, alcaldesa de la ciudad sureña de Davao, se presente a la presidencia.
Sara Duterte ha dicho que su padre y ella han acordado que sólo un Duterte se presentará a un cargo nacional el año que viene. Ella se ha registrado como candidata a la reelección como alcaldesa, pero siguen circulando especulaciones de que intentará suceder a su padre en la presidencia.
La secretaria de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, dijo que la salida de Duterte de la política no debería suponer que su papel y sus responsabilidades en las muertes de la campaña antidroga terminan también.
«De hecho, su retirada de la política debería reforzar las posibilidades y avenidas de responsabilidad», dijo a The Associated Press Callamard, exinvestigadora especial de Naciones Unidas sobre ejecuciones sumarias, extrajudiciales o arbitrarias. «Confío en que quien siga sus sanguinarios pasos revoque por completo las sangrientas políticas que aplicó contra los pobres, los enfermos, los adictos».
Duterte ha negado haber autorizado asesinatos extrajudiciales, aunque ha hecho reiteradas amenazas de muerte contra sospechosos de drogas en discursos públicos que según activistas de derechos humanos fomentan la impunidad de las fuerzas de seguridad.
El secretario de Justicia, Menardo Guevarra, dijo el lunes que más de 150 agentes podrían enfrentar cargos penales por abusos en docenas de redadas antidrogas, según una revisión del gobierno de documentos policiales.
Habrá más investigaciones, señaló. Solo un puñado de agentes ha sido condenado por muertes ilícitas de sospechosos de drogas desde que Duterte lanzó su violenta campaña en 2016. Grupos de derechos humanos han pedido una investigación independiente y celebrado la pesquisa de la Corte Penal Internacional, aunque el vocero de Duterte dijo que el mandatario «morirá antes de enfrentar a jueces extranjeros».