La canciller Angela Merkel dijo hoy que su partido siempre tuvo conciencia de que no conservaría «automáticamente» la jefatura de gobierno después de sus 16 años en el poder, en respuesta a las encuestas alarmantes ya cerca de la jornada electoral.
Las encuestas más recientes muestran al candidato del bloque oficialista Unión, Armin Laschet, con el 20% de la intención de voto, detrás del Partido Socialdemócrata, de centroizquierda. Y se le acaba el tiempo, ya que las elecciones parlamentarias se realizarán el 26 de setiembre.
Merkel ha permanecido al margen de la campaña, aunque últimamente se ha pronunciado contra un futuro gobierno de izquierda y e hizo un discurso partidista ante el parlamento el martes.
Preguntada el jueves en conferencia de prensa si estaba preocupada de que la pérdida de la cancillería fuera una mancha en su trayectoria, Merkel respondió que «estamos en medio de la campaña electoral y puedo ver que (Unión) realmente la está disputando».
Lo que cuenta es lo que sucede en la jornada electoral, dijo, y se negó a especular.
«Estaba claro para todos en la CDU y CSU que no recuperaríamos la cancillería automáticamente y sin esfuerzo después de 16 años», dijo Merkel. Las siglas corresponden a los dos partidos que constituyen el bloque Unión.
Los socialdemócratas cuentan a su favor con la relativa popularidad de su candidato, el vicecanciller y ministro de Hacienda Olaf Scholz, en la primera elección desde 1949 en que ningún candidato es el jefe de gobierno que aspira a la reelección. Scholz intenta presentarse como el sucesor natural de Merkel a pesar de que pertenece a otro partido.
Por su parte, Unión insiste en el mensaje de que el centrista Scholz conformaría una alianza con el intransigente Partido Izquierda, opositor de la OTAN y de las misiones militares alemanas en el extranjero. Scholz no lo descarta, aunque es evidente que no prefiere esa opción.
Preguntada qué le gustaba de Scholz, Merkel dijo que «cuando discutimos y nos ponemos de acuerdo en algo, los dos nos atenemos a ello».