CONAKRI, Guinea/AP
Soldados amotinados detuvieron al presidente de Guinea Alpha Conde el domingo, horas después de que se registraron disparos cerca del palacio presidencial en la capital de la nación de África Occidental. Un coronel del Ejército anunció por la televisión estatal que el gobierno se había disuelto en un aparente golpe de Estado.
Las fronteras del país fueron cerradas y su Constitución fue declara inválida en el anuncio leído en la televisión estatal por el coronel Mamadi Doumbouya, quien declaró a la población: “El deber de un soldado es salvar al país”.
El paradero de Conde se desconocía desde hacía horas, tras los intensos combates del domingo en el centro de Conakri, hasta que se dio a conocer un video que mostraba al mandatario de 83 años cansado y desaliñado bajo custodia militar. De momento no se sabía dónde o cuándo se grabó el video, aunque se puede escuchar la voz de un soldado que le pregunta si los golpistas lo habían herido de alguna manera.
Doumbouya, el comandante de la unidad de fuerzas especiales del Ejército, se dirigió a la nación más tarde desde la sede de la televisora estatal, envuelto en una bandera nacional y acompañado por media decena de soldados.
“Ya no confiaremos la política a un solo hombre, se la confiaremos al pueblo”, dijo Doumbouya, sin mencionar a Conde por su nombre o informar dónde se encontraba detenido.
Más tarde, confirmó a la televisora France 24 que Conde se encontraba en un “sitio seguro” y que había sido atendido por un doctor.
Un exdiplomático estadounidense en Conakri confirmó a The Associated Press que el presidente había sido detenido por los golpistas. El diplomático, que estaba en contacto con las autoridades de la nación, habló bajo condición de anonimato por la delicadeza de la cuestión.
Conde, que ha estado en el cargo por más de una década, ha enfrentado cada vez más críticas desde que buscó un tercer mandato el año pasado, señalando que el límite de dos periodos no aplicaba a él. Los dramáticos acontecimientos del domingo pusieron de relieve el aumento del descontento entre el ejército.
Sin embargo, no se sabía de manera inmediata qué tanto apoyo realmente tenía Doumbouya dentro del Ejército y si las fuerzas leales a Conde intentarían recuperar el poder en las próximas horas y días. En el discurso del domingo, el coronel pidió a otros soldados que “se pongan del lado de la gente” y se queden en sus cuarteles.
Doumbouya dijo que actuaba en el mejor interés de la nación, citando una falta de progreso económico por parte de los dirigentes desde que la nación se independizó de Francia en 1958.
“Si ven el estado de nuestras carreteras, de nuestros hospitales, se pueden dan cuenta de que después de 72 años, es momento de despertar”, comentó. “Tenemos que despertar”.
En tanto, los observadores señalaron que las tensiones entre el presidente de Guinea y el coronel del ejército surgieron luego de una propuesta de recortar el salario de algunos militares.
Previamente, se registraron disparos el domingo por la mañana cerca del palacio presidencial en la capital Conakri y se escucharon durante horas, planteando preocupaciones sobre un intento de golpe de Estado. El Ministerio de Defensa informó que el ataque había sido repelido, pero la incertidumbre aumentó cuando no había señales de Conde en la televisión y radio estatal.
Guinea ha tenido una larga historia de inestabilidad política desde la independencia. En 1984, Lansana Conte tomó el control del país después de la muerte del primer líder posterior a la independencia. Permaneció en el poder durante un cuarto de siglo hasta su muerte en 2009.
Pronto siguió un segundo golpe, dejando al capitán del ejército Moussa “Dadis” Camara a cargo. Más tarde se exilió después de sobrevivir a un intento de asesinato, y un gobierno de transición luego organizó las históricas elecciones de 2010 ganadas por Conde.