El gobierno polaco pidió al presidente hoy que declare el estado de emergencia en la frontera con Bielorrusia al tratar de impedir el ingreso de un grupo creciente de migrantes desde el país vecino. El gobierno basó el pedido en el riesgo potencial que representan activistas extranjeros y manifestantes polacos.
Polonia, miembro de la Unión Europea, ha visto en las últimas semanas un flujo creciente de migrantes que intentan cruzar la frontera sin autorización, la mayoría oriundos de Irak y Afganistán. El gobierno polaco acusa al presidente autoritario de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de buscar con ello fomentar la inestabilidad en la UE.
«Debemos detener estas acciones agresivas híbridas que se realizan de acuerdo con un guion escrito en Minsk y en las manos de los protectores del señor Lukashenko», dijo el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki en una rueda de prensa en Varsovia.
El gobierno de Morawiecki ha pedido a su aliado, el presidente Andrzej Duda, que apruebe el estado de emergencia. No estaba claro cuándo Duda tomaría su decisión.
El ministro del Interior, Mariusz Kaminski, dijo en la misma conferencia que el estado de emergencia no afectaría mucho a la población local, sino que impondría restricciones a los extranjeros en una franja de tres kilómetros de ancho a lo largo de la frontera.
En las últimas semanas Polonia ha visto una ola de migrantes, principalmente de Irak y Afganistán, que tratan de cruzar la frontera sin autorización. El gobierno polaco acusa al régimen autoritario de Bielorrusia de facilitar la migración hacia Polonia para generar desestabilización en la Unión Europea.
Polonia sostiene que el grupo varado en la frontera desde hace más de tres semanas se encuentra en territorio bielorruso. Les ha ofrecido ayuda humanitaria, pero insiste en que las entregas deben realizarse en un cruce oficial de la frontera.
Imágenes de la frontera en la prensa polaca muestran al grupo acampado, con soldados y guardias fronterizos polacos a pasos de distancia.
Crecen los temores por el estado de la gente a medida que las noches se vuelven más frías y se han producido lluvias en la zona. Defensores de los derechos humanos dicen que algunos de los migrantes están enfermos.
«Tenemos la responsabilidad humana de ayudar a los necesitados, independientemente de su estatus legal actual y futuro», dijo una coalición de grupos religiosos en una declaración.
La coalición, que incluye representantes cristianos, judíos y musulmanes, sostuvo que la gente en la frontera «padece hambre, frío e indiferencia».
«Motivados por sentimientos de solidaridad humana, llamamos a las autoridades competentes polacas a que brinden inmediatamente a los refugiados varados en la zona de la frontera la ayuda humanitaria necesaria: comidas calientes, bebidas, medicamentos y asistencia médica», dijo la Comunidad de Conciencia-Coalición de Respeto Mutuo en un comunicado.
Entre los firmantes se encontraban representantes del Consejo Conjunto de Católicos y Musulmanes, el Consejo Polaco de Cristianos y Judíos, el rector de la Universidad Católica de Lublin y un obispo de la Iglesia Evangélica Augsburgo en Polonia.