Un letrero derribado por los vientos del huracán Grace queda a un costado de la autopista, el jueves 19 de agosto de 2021, en Tulum, en el estado de Quintana Roo, México. Foto: La Hora/AP/Marco Ugarte.

TULUM, México / AP

El huracán Grace impactó el jueves la costa del Caribe mexicano, unos cuantos kilómetros al sur de los antiguos templos mayas de Tulum, dejando algunas casas sin techo, a miles de personas sin servicio eléctrico y manteniendo a los turistas fuera de las playas de arena blanca y aguas cristalinas.

La tormenta de categoría 1 ya había dejado lluvias torrenciales a su paso por Haití, Jamaica y las Islas Caimán antes de dirigirse a un impacto directo con la Riviera Maya, corazón de la industria turística mexicana. El vórtice de Grace tocó tierra al sur de Tulum a las 4:45 de la mañana, hora del centro de México, con vientos máximos sostenidos de 130 km/h (80 mph), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

Conforme se adentraba en la Península de Yucatán, Grace se debilitó a tormenta tropical la tarde del jueves con vientos máximos de 85 km/h (50 mph). El meteoro, sin embargo, estaba a punto de salir de tierra firme y dirigirse al Golfo de México, donde presumiblemente recuperará categoría de huracán. Su centro se ubicaba unos 85 kilómetros (50 millas) al nor-noreste de Campeche y avanzaba con dirección oeste a 24 km/h (15 mph).

Los meteorólogos señalaron que es posible que el meteoro impacte nuevamente con fuerza de huracán la costa mexicana en el centro del Golfo, hacia la noche del viernes o primeras horas del sábado.

Palmeras y edificios reciben el impacto de los vientos del huracán Grace, el jueves 19 de agosto de 2021, en Playa del Carmen, en el estado de Quintana Roo, México. Foto: La Hora/AP/Marco Ugarte.

En Tulum, algunas familias pasaron horas de angustia resguardándose de árboles caídos y escombros.

Alrededor de las 2 de la mañana del jueves, mientras el ojo de Grace se ubicaba sobre la costa, Carlos González tomó a su hijo de 18 meses y salió corriendo de su casa junto a su esposa para dirigirse a una escuela pública habilitada como albergue. La luz de su celular los ayudó a abrirse camino en las oscuras calles.

“Lo único que me quedó es lo que tengo puesto”, dijo el albañil de 35 años. ”Yo sabía que mi casa no iba a soportar porque era de cartón. Cuando se vino el viento me dio mucho miedo y preferí salir”.

Miguel Ángel García decidió quedarse. El jueves usó un machete para cortar el tronco de un árbol que cayó sobre el techo de su casa.

“Se vino el viento y nos dijeron que nos fuéramos a la escuela, pero no nos dio tiempo porque ya se venían los árboles», dijo el mesero de 33 años. «Preferimos quedarnos y no salir a la calle y que sea lo que Dios quiera”.

Muchas calles quedaron bloqueadas por las ramas y árboles caídos que derribaron tendido eléctrico, dejando a miles de personas sin luz.



 

La mayoría de los negocios permanecieron cerrados, y los pocos que abrieron registraron largas filas de residentes a la espera de comprar tortillas y otros alimentos.

El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, dijo que la tormenta había dejado sin suministro eléctrico a unas 84.000 personas en Cancún y a otras 65.000 en Playa del Carmen, Cozumel, Puerto Aventura y Tulum. El funcionario indicó que hasta el momento no se tienen reportes de víctimas fatales.

El aeropuerto internacional de Cancún reanudó operaciones la tarde del jueves.

Un carril de la autopista que conecta a Playa del Carmen con Tulum quedó bloqueado por la caída de una señal de tránsito. Una gasolinera quedó destruida luego de que un enorme pabellón cayó y aplastó dos vehículos.

Las autoridades estatales dijeron que, hasta la semana pasada, la región albergaba a unos 130.000 turistas y que los hoteles estaban ocupados a más de la mitad de su capacidad a pesar de la pandemia de coronavirus.



 

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