Panamá comenzó ayer la inmunización contra el COVID-19 en adolescentes mayores de 12 años con discapacidad o enfermedades crónicas en un sector de la periferia capitalina y en dos provincias centrales del interior, en momentos en que el país centroamericano atraviesa por un segundo pico de la enfermedad.
La afluencia de jóvenes estuvo lenta al comienzo de la jornada, pero las autoridades esperaban que en el transcurso del día fuera más movida, sobre todo después de la jornada escolar. Para este grupo poblacional las autoridades de Salud autorizaron el uso del fármaco de Pfizer-BioNTech.
«Ahora como tenemos una cantidad (de vacunas) vamos a empezar en estas áreas de mayor densidad poblacional a vacunar de 12 años en adelante», dijo el director de la región Metropolitana de Salud, Israel Cedeño, en una escuela pública en la localidad de Juan Díaz en las afueras de la capital.
En este grupo poblacional la inoculación comenzó con los adolescentes que presentan alguna discapacidad o enfermedad crónica que son los que están en mayor riego, dijo el funcionario.
«Me siento mucho más alegre, más segura porque muchos de los adolescentes están ahorita empezando a salir más y eso impacta, como salen pueden infectar mucha gente», señaló Manuela Meneses, de 13 años, quien vive en el área y recibió su primera vacuna contra el coronavirus.
Panamá atraviesa por un segundo pico de contagios de coronavirus, pero está lejos de tener las cifras de finales de año.
«Epidemiológicamente podemos hablar que estamos en el pico de esta tercera ola, estamos reportando básicamente mil casos diarios», refirió el doctor Cedeño.
«No hemos llegado, como pasó a finales de año, que llegamos hasta 5.000 casos diarios; esperemos que eso no suceda», agregó.
Panamá, que ha aplicado al menos una dosis a aproximadamente el 25% de su población, tiene a la fecha 417.087 casos acumulados de coronavirus y 6.654 defunciones.