El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, durante una importante reunión. Foto La Hora/Alexei Nikolsky, Sputnik, Kremlin Pool Foto vía AP.

Las autoridades de Bielorrusia allanaron ayer oficinas y viviendas de decenas de activistas de derechos humanos y periodistas, en una batida que ocurre apenas un día después de que el presidente del país prometió «lidiar con» las organizaciones no gubernamentales a las que acusa de fomentar el descontento.

Agentes de seguridad allanaron las viviendas de varios activistas del prominente centro de derechos humanos Viasna, además de las oficinas de otras organizaciones no gubernamentales bielorrusas y las viviendas de activistas y periodistas en varias regiones del país.

Más de 40 redadas se realizaron en diversas partes del país.

«Ha sido activada en Bielorrusia la más impresionante línea de ensamblaje de represión en la historia moderna del país», dijo Andrei Bastunets, jefe de la Asociación de Periodistas Bielorrusos, en declaraciones a la Associated Press tras el allanamiento de las oficinas del grupo en Minsk el miércoles.

El centro Viasna ha estado monitoreando los derechos humanos en Bielorrusia por un cuarto de siglo. Las autoridades revocaron sus credenciales en el 2003 y su líder, Ales Bialiatski, fue arrestado en el 2012 y pasó dos años en prisión.

Tras las redadas contra Viasna el miércoles se desconoce el paradero de Bialiatski.

Otras organizaciones allanadas fueron el Comité Bielorruso de Helsinki, la Asociación Mundial de Bielorrusos, el movimiento Por la Libertad y la asociación Perspectivas de Género.

De acuerdo con Viasna, periodistas y activistas en las ciudades de Orsh, Grodno, Brest y otras también fueron sujetos a allanamientos.

La semana pasada, las autoridades lanzaron más de 30 redadas contra periodistas y organizaciones de prensa en Minsk y otras regiones. Siete periodistas han sido detenidos, incluyendo algunos del periódico Nasha Niva, proscrito por las autoridades. Un total de 39 periodistas están actualmente en la cárcel, ya sea esperando por comparecencias en la corte o condenados a prisión.

Este mes, los servicios de seguridad de Bielorrusia anunciaron una operación para purgar a «individuos de ideas radicales».

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