Los legisladores demócratas de Texas viajaron ayer a Washington D. C. y señalaron que estaban dispuestos a permanecer allí durante semanas, en una segunda revuelta contra una reforma electoral del estado impulsada por los republicanos. La estrategia abrió un nuevo y dramático enfrentamiento sobre los derechos de los votantes en Estados Unidos.
Aviones privados con más de 50 demócratas a bordo despegaron de un aeropuerto de Austin, días antes de que la Cámara de Representantes de Texas tramitara unas nuevas restricciones al voto en un período especial de sesiones ordenado por el gobernador, el republicano Greg Abbott. La marcha de los legisladores implicaba que la cámara baja no podría votar la propuesta, al menos por el momento.
Es la segunda vez que los parlamentarios demócratas abandonan el estado para frenar la reforma electoral, lo que da una idea de su firme oposición a propuestas que, afirman, harían más difícil votar a jóvenes, personas no blancas y ciudadanos discapacitados.
Pero como ocurrió el mes pasado, no estaba claro cómo podrían los demócratas bloquear de forma permanente la reforma electoral o una lista de controvertidas propuestas republicanas.
Horas después de la marcha de los representantes, Abbott dijo a una televisora de Austin que simplemente seguirá convocando sesiones especiales hasta el año que viene si es necesario, y planteó la posibilidad de que los demócratas fueran detenidos a su regreso a casa.
«En cuanto vuelvan al estado de Texas, serán detenidos, serán trasladados al Capitolio de Texas hasta que hagan su trabajo», dijo Abbott.
Ya en Washington, los legisladores dijeron el lunes por la noche que no se dejarían presionar.
«Estamos decididos a matar esta propuesta de ley», dijo el representante estatal Chris Turner, que dijo que sus colegas y él estaban dispuestos a agotar el tiempo de la sesión especial, que termina a principios del próximo mes.
La decisión de viajar a Washington tiene como objetivo aumentar la presión sobre el presidente, Joe Biden, y el Congreso para que actúen sobre el voto a nivel federal. Se espera que Biden pronuncie un discurso sobre el tema el martes en Filadelfia, luego de enfrentar críticas por adoptar lo que algunos en la izquierda han descrito como una postura demasiado pasiva en la disputa.
«Este es un momento de ahora o nunca para nuestra democracia», dijo el representante Trey Martínez Fischer. «Dejamos nuestros empleos, dejamos a nuestras familias, dejamos nuestros hogares. Porque no hay nada más importante que los derechos electorales en Estados Unidos».
Las nuevas restricciones al voto en Texas incluirían prohibir los centros de votación de 24 horas, eliminar los buzones para depositar las boletas electorales en distintos puntos del estado y dar facultades a los observadores electorales partidistas.
Las medidas forman parte de la campaña republicana por restringir el voto, en respuesta a las afirmaciones falsas del expresidente Donald Trump de que las elecciones de 2020 se amañaron. Más de una docena de estados ha endurecido sus leyes electorales este año, pero sólo en Texas los demócratas se han opuesto de forma tan férrea.
El estado tiene una tradición de estrategias políticas llamativas. Los legisladores demócratas de Texas, excluidos del poder en el Capitolio estatal durante décadas, ya abandonaron el estado en 2003 para frustrar un plan de cambiar las circunscripciones electorales. Finalmente perdieron esa batalla.