Los equipos de rescate recuperaron tres cuerpos más el martes, elevando a siete el número de muertos después de que un torrente de lodo y escombros arrasara una ciudad turística japonesa, que seguía bajo la amenaza de nuevos aludes de tierra. Más de 20 personas seguían desaparecidas.
Cerca de 2.000 rescatistas fueron desplegados en la parte devastada de Atami, donde trabajadores con la ayuda de perros registraban cuidadosamente el interior de las casas que fueron destruidas y cubiertas de lodo el sábado. Una lluvia ligera continuaba cayendo y el riesgo de nuevos aludes interrumpía ocasionalmente las operaciones.
“Haremos todo lo posible para salvar tantas vidas como sea posible”, dijo el alcalde de Atami, Sakae Saito.
Los tres cuerpos recuperados el martes eran de dos mujeres y un hombre, dijeron los funcionarios de Atami.
La ciudad de Atami dio a conocer el lunes por la noche los nombres de más de 60 personas cuyo paradero se desconocía, pero la mayoría respondió desde entonces.
Los funcionarios aún estaban modificando el número porque muchos apartamentos y casas en Atami son segundas residencias o se usan para alquiler de vacaciones. Además de los siete muertos, han sido rescatadas 25 personas, incluidas tres que resultaron heridas, dijeron las autoridades.
El desastre es una prueba adicional para el gobierno del primer ministro Yoshihide Suga, en momentos en que las autoridades se preparan para los Juegos Olímpicos de Tokio, programados para iniciar en menos de tres semanas más. Japón sigue afectado por la pandemia del coronavirus: el número de casos está subiendo constantemente en la capital y los expertos han indicado la posibilidad de declarar nuevamente el estado de emergencia.
El deslave sucedió tras varios días de lluvias fuertes en Atami que, al igual que otros pueblos japoneses a la orilla del mar, se levantó en una ladera empinada. El alud atravesó el barrio de Izusan, conocido por sus manantiales termales, un santuario y calles comerciales. El pueblo tiene 36.800 habitantes y está a unos 100 kilómetros (60 millas) al suroeste de Tokio.
El gobernador de Shizuoka, Heita Kawakatsu, dijo que la acumulación de lluvia en las laderas de la montaña aparentemente debilitó el suelo debajo de una enorme pila de tierra en un sitio en construcción que luego se deslizó colina abajo.
La prefectura está investigando el incidente. Reportes de prensa aseguran que un desarrollo residencial que se tenía planeado construir en la zona fue abandonado después de que el operador atravesó por problemas financieros.