Cada semana en su conferencia matutina, el Presidente de México presenta algunos artículos noticiosos que siente que son injustos. Es semejante a otros segmentos, como «¿Quién es quién en el precio de la gasolina?», con el que pretende avergonzar a las gasolineras que cobran precios elevados.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos y de prensa criticaron ayer la nueva sección, llamada «¿Quién es quién en las mentiras?» de la conferencia diaria de Andrés Manuel López Obrador.
Los autores de los artículos noticiosos y columnas de opinión son singularizados por López Obrador, que habla más con la prensa que casi cualquiera de sus predecesores, pero también es más abiertamente hostil hacia ciertos periodistas. Los simpatizantes del presidente suelen lanzar ataques masivos en las redes sociales contra los reporteros a los que critica.
La Sociedad Interamericana de Prensa dice que esa práctica estigmatiza e intimida a los periodistas en un país en el que ya hay un elevado nivel de violencia contra ellos. En un comunicado, la SIP pidió «el cese inmediato de este tipo de agresiones».
Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, escribió que «en el caso de México, uno de los países de mayor riesgo para el ejercicio del periodismo, resulta doblemente peligroso el discurso directo de la Presidencia con insultos contra periodistas y medios, un tipo de agresiones que, como lo indica la experiencia, suelen degenerar en hechos de violencia».
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos también ha expresado su preocupación acerca del segmento, pero el vocero del presidente, Jesús Ramírez, defendió el programa de López Obrador, escribiendo que «el Gobierno de México busca reducir el daño de la desinformación y las mentiras. No se desacredita a periodistas ni a medios, sólo se estigmatiza la mentira».
«Esto permite a los ciudadanos formarse opinión de problemas nacionales y fortalece la democracia», sostuvo.
López Obrador dijo esta semana que no pretende ser dueño de la verdad absoluta, pero se resiste fuertemente a las críticas y se niega a reconocer errores.
El mandatario dice ser víctima de una campaña de difamación por parte de «conservadores» cuyos intereses económicos han sido afectados por sus medidas para combatir la corrupción. López Obrador se ha quejado frecuentemente de que los «conservadores» pagan a reporteros o a organizaciones noticiosas para que lo ataquen.
Grupos defensores de la libertad de prensa dicen que nueve periodistas fueron asesinados en México en 2020, el total más elevado de cualquier país que no esté en guerra.
Este año dos periodistas han sido asesinados en México y otros dos reporteros han desaparecido.