BOGOTÁ/AP
Colombia alcanzó las 100.000 muertes confirmadas por COVID-19 esta semana, el 10mo país del mundo que supera esta sombría barrera.
La nación sudamericana, de 50 millones de habitantes, registra un creciente número de contagios diarios desde abril, y en los últimos siete días tuvo la tercera tasa de mortalidad por coronavirus per cápita más alta del mundo, según los datos publicados por la Universidad de Oxford.
El presidente del país, Iván Duque, culpó el lunes en la noche a las protestas antigubernamentales que comenzaron a finales de abril de muchos de los decesos al afirmar que “más de 10.000 muertes se hubieran podido prevenir” si los colombianos no hubiesen participado en concentraciones multitudinarias en las siete últimas semanas.
Pero los epidemiólogos en Colombia dicen que es demasiado pronto para decir qué impacto tuvieron las protestas en el repunte de los decesos.
“Las protestas definitivamente jugaron un papel» en la transmisión, apuntó Diego Rosselli, profesor de epidemiología en la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. “Pero en este momento, dar un número sobre cuántas muertes causaron es mera especulación».
Más de 25.000 personas han perdido la vida a causa del COVID-19 en Colombia desde el 1 de mayo, el equivalente a alrededor de un cuarto de los muertos que causó la enfermedad en el país desde que se detectó el primer caso allí en marzo del año pasado.
Según Rosselli, las variantes más contagiosas del virus pueden haber contribuido a la rápida aceleración de los fallecimientos, como ocurrió en países vecinos como Argentina y Brasil.
La fatiga por las medidas sanitarias como el uso de mascarillas, las zonas residenciales atestadas y el alivio de las restricciones en las reuniones han avivado también los contagios en Colombia y en otras partes de Sudamérica. La región representa apenas el 5% de la población mundial, pero registra casi un cuarto de todas las muertes por COVID-19.
En Colombia, el repunte de los casos se produjo cuando el gobierno levantó algunas de las últimas restricciones dictadas para controlar la propagación del coronavirus y permitió la apertura de clubes de ocio nocturno, bares y cines por primera vez en más de un año.
Ciudades como Medellín y Bogotá se están preparando para albergar ferias comerciales y eventos musicales a los que asistirán miles de personas, mientras que 10.000 acudieron recientemente a un partido de fútbol en la ciudad costera de Barranquilla.
Los gobiernos municipales dicen que no tienen más opción que permitir estos eventos para recuperar empleos y ayudar a la recuperación económica.
La tasa de desempleo del país se duplicó el último año cuando el gobierno implementó confinamientos para ralentizar los contagios y el Producto Interno Bruto de la nación se contrajo en un 7%.
La vacunación se aceleró en junio con hasta 350.000 dosis administradas en un día, pero solo el 10% de la población está totalmente inmunizada.
Los doctores temen que las recientes decisiones de permitir más reuniones incrementen el número de pacientes graves en los hospitales, que ya tienen una alta ocupación. En Bogotá, Cali y Medellín, más del 95% de las camas en unidades de cuidados intensivos de hospitales están ya ocupadas.