El gobierno estadounidense afinará su análisis de amenazas terroristas internas, compartiendo inteligencia con las agencias policiales y cooperando con las compañías tecnológicas para eliminar mensajes terroristas en internet.
El Consejo de Seguridad Nacional divulgó hoy su plan estratégico, seis meses después de que una turba de fanáticos del entonces presidente Donald Trump asaltó la sede del Congreso en Washington.
«El terrorismo doméstico –impulsado por el odio, el prejuicio u otras formas de extremismo– es una mancha en el alma de Estados Unidos», declaró en un comunicado el presidente Joe Biden, quien se encuentra de gira por Europa.
«Es algo que viola los principios fundamentales de la nación y presenta una amenaza directa a nuestra seguridad, a nuestra democracia y a nuestra unidad», añadió.
Un reporte de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional afirma que los extremistas dentro del país son una creciente amenaza, particularmente los grupos supremacistas blancos y las milicias antigobierno.
La nueva estrategia incluye nuevas formas de analizar amenazas terroristas y maneras de compartir mejor la información entre agencias del orden a nivel federal, estatal y local. Funcionarios de la administración indicaron que el Departamento de Justicia además ha implementado un nuevo sistema para «rastrear metódicamente» los casos de terrorismo interno.
Dicho departamento también está debatiendo la posibilidad de recomendar que el Congreso apruebe leyes específicas contra el terrorismo doméstico, que actualmente no existen. Debido a dicha falta, el departamento actualmente se vale de otros estatutos para procesar a personas acusadas de hechos violentos de motivo ideológico sin vínculos extranjeros.
Pero ello ha dificultado el monitoreo de hechos violentos por parte de extremistas guiados por creencias religiosas, raciales o políticas, y ha complicado los intentos de llegar a una definición de terrorismo doméstico universalmente aceptada. Los críticos de dichos esfuerzos argumentan que las fuerzas del orden ya cuentan con suficientes herramientas.
El nuevo plan incluye también un esfuerzo por identificar a empleados públicos que podrían presentar una amenaza terrorista. Varias entidades oficiales ya están elaborando políticas y programas para detectar a posibles extremistas a lo interno de las agencias del orden o las fuerzas armadas.
Una fuente oficial reveló que la Oficina de Personal Público está considerando nuevos formularios a fin de poder filtrar y detectar anticipadamente a cualquier empleado público que pueda ser una amenaza, antes de que asuma un empleo importante. El funcionario habló a reporteros a condición de anonimato al no estar autorizado para divulgar detalles del plan.