SAN DIEGO / AP
El gobierno del presidente Joe Biden anunció el viernes el cierre de una agencia de la era de Donald Trump creada para ayudar a víctimas de delitos cometidos por inmigrantes, un paso que simboliza el rechazo de Biden a los reiterados esfuerzos de Trump para defender la idea de que hay un vínculo entre los inmigrantes y la delincuencia.
Trump creó la Oficina de Enlace para Víctimas de Delitos con Nexo a Inmigración (conocida por su acrónimo en inglés VOICE) por medio de una orden ejecutiva en su primera semana en la Casa Blanca en enero de 2017.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) dijo que remplazará a VOICE con “un sistema de respaldo a víctimas más amplio e inclusivo”.
VOICE será sustituida por la Victims Engagement and Services Line, que combinará servicios existentes desde hace tiempo, como métodos para que las personas reporten abusos y maltrato en centros de detención de inmigrantes y un sistema de notificación para abogados y otros con interés en las causas de inmigración.
La nueva agencia añadirá además un servicio para receptores potenciales de visas creadas para víctimas de tráfico humano y delitos violentos en Estados Unidos.
“Proporcionar asistencia a los miembros más vulnerables de la sociedad es un valor central estadounidense. Todas las personas, independientemente de su estatus migratorio, deberían tener acceso a servicios para víctimas sin temor”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Stephen Miller, un arquitecto clave de las políticas de Trump con respecto a la inmigración, consideró que la decisión de cerrar VOICE es “una mancha moral en la conciencia de nuestra nación».
La nueva agencia, señalo, es equiparable a que la Administración de Control de Drogas abriera “un centro de atención telefónica para ayudar a los distribuidores de drogas a obtener abogados y amnistía por sus delitos».
El Departamento de Seguridad Nacional “es una agencia policial, no un centro de ayuda jurídica para delincuentes y transgresores», señaló Miller.
Jon Feere, un funcionario del ICE durante el gobierno de Trump, dijo que refirió a un hombre a VOICE cuya hermana fue asesinada por un conductor intoxicado y que esa agencia ayudó a las familias a comprender el estatus de los casos de inmigración.
El cambio de tono entre los dos gobiernos respecto a la inmigración ha sido notable.
Aunque hay estudios que insinúan que los inmigrantes son menos propensos a cometer un delito que las personas nacidas en el país, Trump trató constantemente de establecer un vínculo entre los inmigrantes y la delincuencia.
En 2016 lanzó su campaña presidencial diciendo que los mexicanos que estaban ilegalmente en Estados Unidos eran delincuentes violentos, y a menudo se refirió a la pandilla MS-13, que fue iniciada por inmigrantes salvadoreños.
Para impulsar su agenda en el área de la inmigración, Trump invitó a actos de campaña y discursos a personas cuyos familiares habían sido víctimas de delitos cometidos por inmigrantes.
Aparentemente VOICE tuvo poco impacto.
Su informe trimestral más reciente para 2018 publicado en internet señaló que recibió 781 llamadas en el período de tres meses, y que solamente 256 de ellas estaban relacionadas con los servicios que ofrecía. Aproximadamente la mitad fueron solicitudes sobre el estatus de casos de inmigración, y muchas del resto fueron peticiones de canalización a servicios de asistencia a víctimas, tales como servicios sociales para ayudar a hacer frente al impacto de violencia doméstica u otras agresiones.
En abril, el gobierno de Biden ordenó que las autoridades federales dejaran de usar términos como “extranjero ilegal” y en lugar de ello usaran la frase “indocumentado no ciudadano”.
El lunes, la vicepresidenta Kamala Harris recibió fuertes críticas de algunos de los aliados proinmigrantes del gobierno por decirles a posibles migrantes durante una visita a Guatemala: “No vengan, no vengan” y que serían rechazados en la frontera estadounidense con México.