Funcionarios y expertos en salud pública de todo el mundo recibieron con aplausos, pero también con preguntas, el anuncio de Estados Unidos de que donará 500 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 a países en desarrollo.
Por ejemplo, ¿cuándo llegarán esas vacunas a regiones rezagadas en la carrera global y que están sufriendo nuevas olas mortíferas de contagio? ¿Y cuántos países ricos seguirán el ejemplo de Estados Unidos para llenar esos huecos enormes?
La promesa del gobierno de Joe Biden de comprar y donar vacunas de Pfizer «sin duda es motivo para festejar», dijo el director de los Centros Africanos de Control y Prevención de Enfermedades, doctor John Nkengasong, sobre todo cuando aumentan agresivamente las olas de contagio en el continentes y hay países que no han aplicado una sola dosis.
«Ciertamente, será de gran ayuda», dijo Nkengasong, pero añadió que le gustaría saber precisamente cuándo llegarían las vacunas al continente.
Este año se proveerán 200 millones de dosis —suficientes para inmunizar a 100 millones de personas— y el resto en el primer semestre de 2022, según la Casa Blanca. Estados Unidos enviará las vacunas en colaboración con la alianza COVAX, respaldada por la Organización Mundial de la Salud. Algunos han señalado que la vacuna de Pfizer, al requerir refrigeración intensa, representa una dificultad logística adicional para países con sistemas de salud e infraestructura deficientes.
Se aguarda un discurso de Biden sobre el plan en las próximas horas. Biden se encuentra en Gran Bretaña para la cumbre del Grupo de los Siete, que comienza el viernes.
La cumbre misma podría dar un indicio acerca de qué otros países del club de élite estarían dispuestos a seguir el ejemplo de Estados Unidos en medio de las críticas generalizadas al mundo desarrollado por haber fallado a sus grandes promesas de equidad cuando las vacunas estaban en proceso de creación.
Los países más ricos se han apresurado a vacunar a amplios sectores de sus poblaciones mientras los más pobres han tenido problemas para conseguir dosis. No se trata solamente de equidad: crecen las preocupaciones en torno a las nuevas variantes que aparecen en regiones donde el contagio de COVID-19 sigue siendo elevado.