Argentina contará la semana próxima con el principio activo para iniciar la producción local de la vacuna rusa Sputnik V, un paso determinante con el que busca acelerar la vacunación contra el coronavirus en momentos en que un brote ha puesto al sistema sanitario al borde del colapso y disparado los fallecimientos.
«Hoy empezamos el trabajo concreto para empezar a producir en Argentina la Sputnik. El domingo un avión estará partiendo de Moscú trayendo el principio activo para que empiece la producción de inmediato», dijo ayer el presidente Alberto Fernández en una teleconferencia en la que participó, entre otros, su par de Rusia, Vladimir Putin, y autoridades Fondo Ruso de Inversión Directa.
La formulación y envasado del inoculante tendrá lugar en las instalaciones de Laboratorios Richmond, en las afueras de Buenos Aires. Esa farmacéutica espera llegar a producir cien millones de dosis al año.
Argentina fue el primer país de América Latina y el segundo del mundo que aprobó la Sputnik V. A fines de diciembre comenzó a vacunar con el inoculante, que en la actualidad es aplicado a la par de los del laboratorio anglosueco AstraZeneca y del chino Sinopharm en una campaña de vacunación que ha transcurrido lentamente, pero que en los últimos días tomó algo de impulso por la llegada de cuantiosos lotes de diferentes inmunizantes en sucesivos vuelos.
«Estamos muy conformes con los logros alcanzados. Millones de argentinos han podido preservar su vida gracias al desarrollo científico de Rusia, en el que siempre confiamos», dijo Fernández.
El mandatario señaló que los «vínculos estratégicos» de Argentina y Rusia se han profundizado a partir del acuerdo para recibir millones de dosis de esta vacuna y de la concreción de su fabricación en el país sudamericano. Indicó además que, junto al principio activo de la Sputnik V, también arribarán a Buenos Aires en el mismo vuelo dosis para distribuir en Argentina y Paraguay.
Putin destacó a su vez que la Sputnik V está registrada en 66 países y que es de las más eficientes del mundo. «Cuando hablamos de la salud de las personas hay que dejar las discrepancias políticas», sostuvo.
La Sputnik V fue cuestionada por países occidentales y por opositores en Argentina en una primera etapa por la supuesta falta de suficiente información sobre su eficacia y seguridad. Hace unos meses se produjeron retrasos en la entrega de partidas al país sudamericano, pero en los últimos tiempos la llegada de cargamentos es constante en vuelos de Aerolíneas Argentinas.
El Fondo Ruso de Inversión Directa notificó días atrás a Laboratorios Richmond que el Centro Gamaleya, desarrollador de la vacuna, aprobó las muestras enviadas por esa empresa de los primeros lotes que había fabricado, un paso que era fundamental para que comenzara su producción a escala.
Marcelo Figueiras, presidente de Laboratorios Richmond, señaló a la prensa que si la fabricación comienza la semana que viene con la materia prima enviada por Rusia, «para antes de fin de mes podríamos tener las primeras 500.000 dosis en la calle, siempre y cuando no haya demoras en el transporte, los controles de calidad, etcétera».
El presidente de Bolivia, Luis Arce, celebró la producción de vacunas rusas en un país de la región. «Es una gran noticia para los pueblos que #Argentina inicie la producción de la vacuna #SputnikV. Saludamos al hermano Pdte. @alferdez», dijo el mandatario boliviano en su cuenta de Twitter.
Rusia también alcanzó acuerdo con productores de 20 países para el desarrollo local de la vacuna a través de asociaciones.
En Argentina la producción de la vacuna genera esperanzas cuando las terapias intensivas están al máximo de su ocupación desde que la pandemia impactó en marzo de 2020. En la actualidad cerca de 7.700 personas son atendidas en cuidados intensivos.
En el país sudamericano, víctima de una segunda ola de COVID-19 desde fines de marzo, unas 10,4 millones de personas han recibido la primera dosis de alguna vacuna y 2,9 millones las dos. La población del país asciende a unos 45 millones.
Argentina ha registrado hasta el momento 3,9 millones de infectados. El número de muertos se ha disparado en las últimas semanas; el viernes se reportaron 539 decesos más y los fallecidos llegan a 80.411.