Personas esperan recibir la vacuna contra el COVID-19 en India. Foto La Hora/AP/Rafiq Maqbool.

Mientras se agudiza la crisis del coronavirus en la India, Sagar Kumar piensa constantemente en cómo conseguir vacunas para él y su familia de cinco mientras las dosis escasean en el país. Pero aun si supiera dónde conseguirlas, el proceso no sería nada fácil.

La manera más común es mediante una página de internet del gobierno. Pero está en inglés, un idioma que ni Kumar, un guardia nocturno de 25 años, ni el 90% de los habitantes de la India conoce. Su familia tiene solo un smartphone que rara vez tiene conexión a internet.

Y aunque el estado de Uttar Pradesh donde vive ofrece vacunas gratis a todos los menores de 45 años, no hay centros de vacunación en su aldea. El hospital más cercano está a más de una hora de viaje.

“Lo único que puedo hacer ahora es esperar que las cosas mejoren”, comentó Kumar.

La disparidad socioeconómica ya era patente en la India, donde el acceso al sistema de salud es tan jerarquizado como muchos otros aspectos de la vida cotidiana. Pero con la pandemia de coronavirus, la brecha en el conocimiento y en el acceso a la tecnología está agravando la crisis, y millones de personas se están quedando rezagadas.

Ello preocupa a los expertos de la salud, quienes prevén que la desigualdad socioeconómica en la India frustrará la lucha contra un virus que ha matado a unas 4.000 personas cada día en semanas recientes.

“El acceso desigual a las vacunas podría prolongar la pandemia en la India”, estimó Krishna Udayakumar, director y fundador del Centro de Innovación Duke en la Universidad de Duke en Carolina del Norte.

“La eliminación de barreras a las vacunas para las poblaciones más vulnerables debe ser la prioridad”, agregó.

La campaña de vacunación en la India comenzó en enero con la esperanza inocular a 300 millones de sus 1.400 millones de habitantes para agosto. Sin embargo, hasta ahora, solo se han vacunado 42 millones de personas, un 3% de la población.

El gobierno no reservó suficientes inyecciones y fue lento al momento de mejorar su capacidad de producción. Luego, al registrarse cientos de miles de contagios nuevos por día, el gobierno ofreció vacunas a todos los adultos a partir del 1 de mayo. Esto agravó la escasez.

Ante semejantes retos, el gobierno federal además cambió las normas en cuanto a quién puede recibir la vacuna y quién pagará por ellas. Se reservó para sí la mitad de las existencias y anunció que las daría gratis a los trabajadores esenciales y a los mayores de 45 años.

Artículo anteriorChapina alcanza su primer sueño en Texas, impulsar “Típicos Francys”
Artículo siguienteCrisis SV-EE.UU.: estadounidenses vuelven a designar a una conocida en la crisis