Un trabajador sanitario indio con traje de protección toma muestras nasales de una niña para una prueba de COVID-19 en el poblado de Burha Mayong, distrito de Morigaon, en Assam, India. Foto: La Hora/AP

NUEVA DELHI/AP

India se convirtió el lunes en el tercer país del mundo con más muertos por coronavirus, con más de 300.000, mientras el devastador repunte de contagios daba signos de remitir en las ciudades grandes, pero seguía castigando a las zonas más pobres.

La cifra, según los datos del Ministerio indio de Salud, se alcanzó en medio de demoras en las entregas de vacunas que han lastrado la lucha del país contra la pandemia y hecho que muchos no se vacunen cuando estaba previsto. Además, una rara infección fúngica que afecta a pacientes de COVID-19 ha sembrado la preocupación entre los médicos.

Los muertos confirmados por coronavirus en India suponen el 8,6% de los casi 34,7 millones de fallecidos en todo el mundo, aunque se cree que las cifras reales son considerablemente mayores. Estados Unidos y Brasil encabezan la lista de víctimas.

El Ministerio de Salud reportó el lunes 4.454 muertos en las últimas 24 horas, para un total de 303.720. También informó de 222.315 nuevos contagios, lo que elevó el total a casi 27 millones. Es probable que los dos datos sean menores a los reales.

La primera muerte conocida de COVID-19 en India fue el 12 de marzo de 2020 en el estado sureño de Karnataka. Pasaron siete meses hasta que se contabilizaron 100.000 muertos. Los 200.000 fallecidos se alcanzaron en abril. Los siguientes 100.000 se registraron en apenas 27 días, después de que los nuevo contagios se multiplicaran en populosas ciudades y zonas rurales y dejaran al sistema de salud al borde del colapso.

Las medias de muertes y casos diarios han caído ligeramente en las últimas semanas y el gobierno dijo el domingo que había batido su récord de pruebas de COVID-19, con más de 2,1 millones de muestras analizadas en las 24 horas previas.

Las megalópolis como Mumbai y Nueva Delhi, las más afectadas por la nueva ola, también han visto signos de mejoría en los últimos días. Pero el virus está lejos de haber terminado con India y hay algunos indicios de que ya se ha cobrado un alto precio en las amplias zonas rurales del país, donde vive la mayoría de la gente y la atención sanitaria es limitada.

En las últimas semanas han aparecido cientos de cuerpos en las orillas del río Ganges en el estado de Uttar Pradesh. Muchos otros aparecieron en tumbas poco profundas en la arena de las riberas. Eso ha provocado temores a que sean restos de víctimas de COVID-19.

La campaña de vacunación en la India también ha perdido velocidad, y muchos estados dicen que no tienen vacunas suficientes para administrar.

En el país que más vacunas produce del mundo, apenas 41,6 millones de personas, o el 3,8% de sus 1.400 millones de habitantes, han completado su esquema.

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