Napoleón Barrientos

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Guatemalteco, originario de Alta Verapaz, forjado bajo los principios de disciplina, objetividad y amor a la patria; defensor del estado de derecho, de los principios de la democracia, con experiencia en administración pública, seguridad y liderazgo de unidades interinstitucionales.

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David Barrientos

El COVID bloqueó la movilidad y noqueó la economía global y por consiguiente se convirtió en un evento disruptivo que perturbó el sistema, el orden mundial, generó una crisis sanitaria, socioeconómica y política; luego la vacuna constituyó el principal objetivo global para salir de la crisis sanitaria, modificando el tablero y por concierto conocido; por consiguiente, la pandemia ha tenido y seguirá teniendo efectos geopolíticos.

Al liderazgo de Estados Unidos le ha costado influencia internacional; China ha tratado de ocupar un papel de influencia global en el que ha visto dificultades; Rusia con su acelerada vacuna no ha quedado bien en el cumplimiento de entregas; hay un evidente declive del multilateralismo, el que se ha marcado por ausencia de liderazgos globales y se apunta a la anarquía global, con organizaciones planetarias rebasadas, un mecanismo COVAX que no llega a los más necesitados, la rivalidad geoeconómica vigente, entre otros; todo ello hace que los escenarios tengan una movilidad de tal dinámica geopolítica de pronósticos reservados.

Mientras el virus se ha expandido y mutado por toda la geografía global, la vacuna se ha convertido en una ventaja estratégica que puede influir en el escalafón que cada país ocupe en la jerarquía global. En el ínterin, los Estados Unidos que se han preciado como la hegemonía, no aparece en apoyo a una región altamente ligada a la unión americana; ni por identificación, ni por la protección de su Frontera Sur, ni por proteger a los migrantes que mantienen un flujo constante al norte, ni como arma geopolítica; ni ha mencionado una asistencia sanitaria siquiera para los más necesitados o en mayor riesgo, región que pasa por una crítica etapa sanitaria que se suma a su precariedad; pudiendo considerarse esto un fracaso geoestratégico más de la Casa Blanca, dando cabida a que la asistencia y cooperación se busque en otras latitudes; las nuevas relaciones estratégicas pueden basarse ahora y en el futuro inmediato en la salud como una nueva dimensión de la seguridad global, con ella las nuevas alianzas de una dinámica que puede estar en su etapa inicial. Por ello la actuación geopolítica durante la crisis es la que valora la influencia hegemónica o la debilita, en un ambiente confuso de acuerdos condicionados por factores geopolíticos y geoeconómicos; el nuevo ordenamiento global comenzará después de la crisis sanitaria, cuando la marea baje veremos quienes son los ganadores y los perdedores.

Guatemala tiene desafortunados inconvenientes para su plan de vacunación para el control de la pandemia y actualmente representa su mayor desafío, mismo que afecta y está relacionado con el tema migratorio, por ende con el pueblo de la unión americana; dadas esas circunstancias, es oportuno considerar que para crear un ambiente de confianza entre el pueblo americano y el guatemalteco, una oportuna acción geopolítica consistente en una considerable cantidad de dosis de vacunas para las personas más vulnerables por la actual crisis sanitaria sería una muestra de consideración hegemónica, que fortalecería los esfuerzos conjuntos para consolidar el tratamiento de problemas que impactan a los guatemaltecos y a los estadounidenses.

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