Estados Unidos suspendió el viernes la financiación de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), después de que este organismo, en la mira de las autoridades israelíes desde hace tiempo, despidiese a varios presuntos involucrados en el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre.
«Decidí rescindir con efecto inmediato los contratos de esos miembros del personal e iniciar una investigación para establecer la verdad sin dilación», declaró el jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, después de que Israel le comunicara esa sospechas.
«Cualquier empleado que haya estado involucrado en actos de terrorismo tendrá que rendir cuentas, incluso mediante acciones legales», agregó Lazzarini en un comunicado.
Poco después, Estados Unidos anunció que suspendía «temporalmente la financiación adicional» a la agencia de la ONU.
Washington está «extremadamente preocupado» por las acusaciones de que doce empleados de la UNRWA podrían haber estado involucrados en el ataque, indicó el portavoz del departamento de Estado, Matthew Miller.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, subrayó la «necesidad de una investigación rápida y exhaustiva sobre esta cuestión», en una conversación con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
El ministro israelí de Relaciones Exteriores exigió por su parte una «investigación interna exhaustiva de las actividades de Hamás y otras organizaciones terroristas» en la UNRWA.
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DURO GOLPE A LA AGENCIA
Israel ya había acusado a la agencia de la ONU de corrupción y connivencia con Hamás, lo que la UNRWA siempre negó.
Las informaciones del viernes asestan un duro golpe a la agencia, que ya sufrió dificultades para financiar sus operaciones en los últimos años.
Estados Unidos, su principal contribuyente, había cancelado su financiación durante el mandato del expresidente Donald Trump, que consideró que sus actividades no eran neutrales.
La llegada de Joe Biden a la presidencia le dio un respiro, con el anunciado restablecimiento de ayudas por valor de 340 millones de dólares en 2021.
Las relaciones entre Israel y la UNRWA empeoraron después de que la UNRWA atribuyera el miércoles a tanques israelíes los disparos contra uno de sus centros de acogida de desplazados en Jan Yunis, en el sur de Gaza.
Al menos 13 personas murieron y 56 resultaron heridas en ese ataque según la agencia, que denunció una «flagrante violación de las reglas fundamentales de la guerra».
El ejército israelí afirmó que iba realizar una «investigación exhaustiva» de sus operaciones en la zona, pero no descartó la responsabilidad de Hamás en el ataque.
El ejército israelí es la única fuerza en haber desplegado tanques en Gaza, bombardeada sin descanso desde el ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre, que causó la muerte de unas 1.140 personas, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP realizado en base a datos oficiales israelíes.
La ofensiva militar lanzada por Israel en respuesta dejó hasta el momento al menos 26.083 muertos, en su mayoría mujeres y menores, según Hamás, que gobierna el territorio palestino.
La UNRWA recordó el viernes que «más de 2 millones de personas» dependen en Gaza de la ayuda que proporciona desde el inicio de la guerra.