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Casi un año y medio atrás, la Corte Suprema de Estados Unidos, dominada por los conservadores, anuló el fallo «Roe v. Wade», que garantizó durante medio siglo a nivel federal el derecho de las mujeres estadounidenses a interrumpir sus embarazos.
Desde entonces, cada estado ha tomado su propio camino. Varios se apresuraron a restringir o incluso prohibir el aborto, mientras otros, por el contrario, reforzaron su protección.
En Ohio, entró en vigor una ley que prohíbe la mayoría de los abortos (incluso en casos de violación o incesto) tan pronto como se pueda detectar un latido del corazón, es decir, alrededor de seis semanas después de la fecundación, a menudo antes de que la mujer sepa que está embarazada.
Este texto se encuentra actualmente en suspenso debido a una batalla legal.
A la espera de la decisión del martes, todavía es posible realizarse un aborto en Ohio hasta aproximadamente las 22 semanas de embarazo.
Pero en el poco tiempo que estuvo en vigor la ley ultrarestrictiva, una niña de 10 años que quedó embarazada tras una violación tuvo que viajar a la vecina Indiana para abortar, un caso que conmocionó a todo el país.
DECISIONES MÉDICAS
La votación cierra el martes por la noche, pero los electores de Ohio ya llevan semanas pronunciándose anticipadamente.
Se trata de decir «sí» o «no» a una enmienda a la Constitución local presentada por una iniciativa ciudadana proaborto.
La enmienda establece que cada individuo tiene «el derecho a tomar y aplicar sus propias decisiones» en temas como el aborto, la anticoncepción y tratamientos relacionados con la fertilidad o los abortos espontáneos.
Especifica, sin embargo, que el aborto puede prohibirse una vez que el feto se considere viable fuera del útero, pero no si un especialista juzga que la vida o la salud de la mujer están en juego.
Votaciones recientes realizadas el año pasado en otros estados sobre este tema terminaron con una victoria del campo proaborto, como en Kansas, para gran consternación y sorpresa de los republicanos.
En Ohio, los defensores de «Issue 1» -el nombre dado a la enmienda- han centrado su campaña en la necesidad de impedir la interferencia del Estado en las decisiones «médicas personales».
Para darle más peso a esta opción, la coalición Ohioans United for Reproductive Rights convocó, para uno de sus anuncios de campaña, a una figura religiosa, el reverendo Tim Ahrens.
«Como pastor, he aconsejado a familias sobre las decisiones personales más importantes, incluido el aborto», dice Ahrens en su mensaje. «El aborto es una decisión familiar privada. El Estado debe mantenerse al margen de la toma de decisiones familiares».
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Quienes se oponen al aborto, como la coalición Protect Women Ohio, califican la enmienda de «extrema».
«Sé que los habitantes de Ohio están divididos sobre el tema del aborto. Pero ya sea que seas provida o proelección, Problema 1: simplemente no es adecuada para Ohio», dijo en un video el gobernador republicano del estado, Mike DeWine.
La enmienda propuesta «va demasiado lejos» porque autorizaría el aborto «en cualquier momento del embarazo», añadió la esposa del mandatario local en la misma grabación, una afirmación denunciada como desinformación por la oposición demócrata en el estado.
Ohio es considerado entre los estados cruciales para definir la elección presidencial de 2024 porque por mucho tiempo osciló entre demócratas y republicanos, aunque tanto en 2016 como en 2020 se inclinó por Donald Trump, nuevamente candidato para el próximo año.