El expapa Benedicto XVI, de 95 años y cuya salud se ha degradado en los últimos días, se encuentra «estable», indicó el viernes el Vaticano. «Su estado de salud se mantiene estable en este momento», declaró el jefe del servicio de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, en un breve comunicado. «La pasada noche, el papa emérito pudo descansar bien. Y ayer (jueves) por la tarde participó en la celebración de la misa desde su habitación», agregó.
Francisco anunció el miércoles, tras visitar a su predecesor, que este se encontraba «muy enfermo». Agregó que rezaba por el pontífice cuya renuncia en 2013 por motivos de salud sorprendió al mundo. Las fotos de su última visita, el 1 de diciembre, mostraban a un papa frágil y visiblemente debilitado.
«Su salud se deterioró hace unos tres días. Son sus funciones vitales las que fallan, incluido el corazón», declaró el miércoles a la AFP una fuente vaticana, explicando que no está prevista ninguna hospitalización, ya que la residencia de Benedicto XVI dispone del equipo médico necesario. El viernes está prevista una misa en su honor en la basílica romana de San Juan de Letrán, que depende directamente del Vaticano, a las 17H30 locales (16H30 GMT).
La salud de Benedicto XVI: “está estable dentro de la gravedad” y su secretario volvió de urgencia al Vaticano https://t.co/mlfLnUxv9E pic.twitter.com/IzZD691Jus
— LA NACION Mundo (@MundoLN) December 30, 2022
El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y las Conferencias Episcopales de América Latina anunciaron en un comunicado recogido en la web del Vaticano el viernes que orarían, junto a «todo el pueblo latinoamericano» por la salud del papa emérito, «pidiendo al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final».
El pontificado de ocho años de Benedicto XVI, de 2005 a 2013, estuvo marcado por múltiples crisis, incluidas las revelaciones sobre abusos sexuales de religiosos a menores en varios países.