Steve Bannon, exconsejero de Donald Trump. Foto La Hora: AFP.

 

Steve Bannon, exconsejero de Donald Trump, a quien ayudó a llegar a la Casa Blanca, se sentará en el banquillo de los acusados en un juicio en Washington acusado de desacato por negarse a testificar sobre el asalto al Congreso el 6 de enero de 2021. A sus 68 años, este antisistema comulga con las ideas de la extrema derecha que llevó, gracias a Trump, a la cima del poder.

Fácilmente reconocible por su cabellera canosa, que recientemente decoloró, Bannon es acusado de «obstruir las prerrogativas de investigación del Congreso». Se le acusa de haber ignorado la citación de la comisión parlamentaria que busca depurar responsabilidades en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.

En la víspera, Bannon predijo que se desataría «el infierno». Hablaba por teléfono con Trump, señal de que seguía siendo cercano al presidente republicano mucho después de que este último lo apartara de la Casa Blanca.

INDULTADO POR TRUMP

Hay más pruebas de los vínculos entre ellos: el exinquilino de la Casa Blanca, justo antes de partir, indultó al que fuera su colaborador en otro caso en el que se le acusaba de presuntamente haber malversado fondos destinados a la construcción de un muro en la frontera con México.

En los meses previos a la victoria electoral de Trump en 2016 Bannon comenzó a denunciar un orden mundial controlado por las élites políticas y financieras. Unas ideas que defendía dirigiendo el polémico sitio de información Breitbart, plataforma de la «derecha alternativa», un movimiento asociado a tesis conspirativas e integrado en parte por activistas convencidos de la superioridad de la raza blanca.

La entrada de Bannon en la Casa Blanca en 2017 suscitó protestas de asociaciones antirracistas, que recordaron los innumerables artículos incendiarios publicados en Breitbart, que rozaban el antisemitismo, alimentaban la nostalgia por la bandera confederada o denunciaban el multiculturalismo.

«La extrema derecha racista y fascista está representada» en el Despacho Oval, tuiteó John Weaver, cercano al republicano moderado John Kasich.

 

Otros demócratas citaron acusaciones de Mary Louise Piccard, exesposa de Steve Bannon, de que su exesposo se había negado a enviar a sus hijos a un colegio debido a la presencia de judíos. Él lo negó. «No soy un supremacista blanco, soy un nacionalista, soy un nacionalista económico», dijo Bannon en una primera entrevista en la Casa Blanca.

A lo largo de los meses, el «presidente Bannon» nunca obtuvo el apoyo de la prensa, a la que llamó «partido de oposición», ni de las «élites», a las que prometió sacudir. Y tenía muy mala relación con el yerno de Donald Trump: Jared Kushner. Fue expulsado del gobierno en agosto de 2017 a raíz de unos actos violentos en la ciudad de Charlottesville, Virginia, durante una concentración de activistas de la derecha radical.

FINANZAS Y CINE

Bannon nació en Norfolk, en el seno, según él, de una familia demócrata de clase trabajadora favorable a Kennedy y a los sindicatos. Al terminar los estudios se alistó en la marina durante varios años.

Después trabajó como banquero de inversiones en Goldman Sachs en la década de 1980 y llegó a fundar un pequeño banco de inversiones, Bannon & Co, adquirido por la Société Générale. De ahí pasó a Hollywood.

En la década de 2000, comenzó a producir películas políticas, sobre Ronald Reagan o el Tea Party. Conoció entonces a Andrew Breitbart, fundador del sitio del mismo nombre, y se unió a la guerra del Tea Party contra el ‘establishment’ político estadounidense, tanto demócrata como republicano.

En los últimos años, Bannon ha ampliado sus horizontes y ha mostrado un fuerte apoyo a los partidos nacionalistas o de extrema derecha en Asia, América Latina y, en particular, en Europa, donde se reunió con Marine Le Pen.

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