El presidente de Perú, Pedro Castillo, sobrevivió al intento de un juicio político. Foto La Hora/AFP

El Congreso de Perú, controlado por la oposición derechista, desestimó este martes llevar a juicio político de destitución al presidente de izquierda Pedro Castillo.

«No ha sido admitida la moción» de vacancia presidencial, declaró la jefa del Congreso, María del Carmen Alva, luego que el pedido de llevar a juicio político a Castillo consiguiera solo 46 votos en el plenario (se necesitaban 52 para aprobarla), 76 en contra y cuatro abstenciones.

 

Ésta fue la quinta moción de juicio político contra un presidente peruano en los últimos cuatro años y recordó los pedidos similares que condujeron a la caída de los mandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020.

«El Perú no quiere vivir más en crisis, el Congreso ha reaccionado en función de la realidad terrible que viven los peruanos, que quieren estabilidad y soluciones a los problemas que afrontan» con la pandemia y la situación económica, dijo a la AFP el analista político Hugo Otero, exasesor del difunto mandatario Alan García.

«TREGUA»

Castillo, que asumió el poder hace apenas cuatro meses, quedó en entredicho por un escándalo de supuesta injerencia del gobierno en los ascensos militares, lo que dio pie al pedido de destitución. Por ese caso, fue citado a declarar el 14 de diciembre ante la fiscal nacional, Zoraida Ávalos.

«Lo único que ha hecho Pedro Castillo es dinamitar las bases de nuestro Estado», afirmó la legisladora opositora Patricia Chirinos al fundamentar ante el plenario esta moción que no prosperó.

 

El Congreso votó tras un áspero debate de casi dos horas, en que el opositor moderado José Alberto Arriola, de Acción Popular (centroderecha), pidió a sus colegas parlamentarios una «tregua» para que Castillo pueda gobernar.

«La democracia es esto, respetar los resultados. Esta vez no hemos llegado a los votos necesarios, seguiremos trabajando por la gobernabilidad del país», dijo el legislador derechista y almirante retirado Jorge Montoya, uno de los promotores de la moción de vacancia.

La moción fue presentada hace dos semanas por tres partidos de la derecha, incluyendo la tienda de la excandidata presidencial Keiko Fujimori.

Durante la sesión plenaria, el edificio del Parlamento estuvo fuertemente resguardado por policías y en sus alrededores se manifestaron decenas de partidarios y detractores de Castillo.

ACOSO Y DESACIERTOS

Una eventual destitución de Castillo rondaba en el aire desde el mismo momento de su elección en junio, cuando los partidos rivales denunciaron «fraude» a pesar del aval dado al proceso electoral por observadores de la OEA y la Unión Europea.

Incluso este día se registraron manifestaciones en contra del mandatario. Foto La Hora/AFP

El maestro rural convocó en los últimos días a dialogar a los jefes opositores ante lo que consideró una moción «sin ningún sustento».

Keiko Fujimori y otros prominentes líderes se negaron a hablar con él, aunque dirigentes opositores moderados acudieron al llamado.

Castillo ganó un reñido balotaje contra Fujimori y desde que asumió, el 28 de julio, ha sido acosado por la oposición. Pero también acusa desaciertos propios y pugnas en el oficialismo, lo que ha provocado la salida de una docena de ministros.

El partido marxista que lo llevó al poder, Perú Libre, cerró filas con Castillo y votó contra la moción, pese a los desacuerdos que tuvo con el presidente.

Mientras el parlamento sesionaba en Lima, el mandatario visitó región surandina de Puno, donde encabezó una multitudinaria concentración.

La presunta «incapacidad moral» también fue invocada por el Congreso para deshacerse de Kuczynski (derecha) y Vizcarra (centro). Ambos superaron una primera moción de destitución, pero no sobrevivieron a la segunda.

En noviembre de 2020, la destitución de Vizcarra desató protestas, reprimidas con saldo de dos muertos y un centenar de heridos. Su salida condujo a Perú a tener tres presidentes en cinco días.

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