Jessica Chastain posa junto a su estatuilla. Foto La Hora/AP

Jessica Chastain desapareció bajo prótesis y maquillaje para transformarse en la teleevangelista estadounidense Tammy Faye, pero su interpretación no pasó desapercibida para la Academia de cine estadounidense, que este domingo le otorgó el Óscar a la Mejor actriz.

La deseada estatuilla dorada es el broche de oro para cerrar una temporada triunfal para Chastain, en la cual fue ampliamente elogiada, recibiendo además un premio de la Crítica Cinematográfica y otro del Sindicato de los Actores por su rol protagónico en «Los ojos de Tammy Faye».

La cinta, coproducida por la propia Chastain, narra la vida de la esposa del teleevangelista Jim Bakker. La pareja construyó un imperio antes de que él cayera en desgracia y fuera preso en medio de un escándalo sexual y financiero en la década de 1980.

Tammy Faye se divorció de Baker y se convirtió en una figura destacada en la comunidad LGBT al desafiar la homofobia que caracterizaba a la esfera religiosa en los Estados Unidos de 1980, época en la que también un diagnóstico positivo de sida era visto por muchos con prejuicio.

MIEDO

Chastain se sintió atraída por la excéntrica teleevangelista al ver un documental en 2012, y estudió durante años el personaje con el cual ganó el Óscar, que también se disputaban la española Penélope Cruz («Madres paralelas»), Kristen Stewart («Spencer»), Nicole Kidman («Being the Ricardos») y Olivia Colman («La hija oscura»).

Para alcanzar el parecido físico, Chastain trabajó con un equipo de estilistas, maquilladores y peluqueros, que también ganaron el Óscar en su categoría este domingo. Con pelucas, prótesis y mucho maquillaje, la transformaron de pies a cabeza en sesiones que demoraban más de cuatro horas.

 

«Al principio me daba miedo y pensaba ‘¿cómo voy a actuar así?’, porque es como tener plástico en tu cara», dijo la actriz en una entrevista con Jimmy Fallon («The Tonight Show»), en enero.

«Después pensé que al tener mis ojos expuestos y mi voz, y mi cuerpo, podría valerme de otras herramientas para ir más allá de esta máscara», dijo la actriz que recientemente protagonizó la miniserie «Escenas de un matrimonio».

DIFERENTE

Jessica Chastain nació en Sacramento, California.

En la adolescencia dio sus primeros pasos en la industria bailando y actuando en el teatro. Descubierta en una producción de «Romeo y Julieta», audicionó y ganó una beca para estudiar actuación en la prestigiosa Juilliard School, en Nueva York.

En seguida consiguió sus primeros papeles en la televisión y se mudó a Los Ángeles, donde la actriz dice haber enfrentado desafíos profesionales. «Los directores de casting no sabían que hacer conmigo, con la forma en que yo lucía. No soy rubia con la piel bronceada, me veía muy diferente», contó en una entrevista sobre sus comienzos.

 

Poco a poco se abrió espacio en el cine, donde dio su gran salto profesional en 2011 con «El árbol de la vida», del director Terrence Malick. Ese mismo año le dio vida a una ama de casa aislada aunque empática en «Historias cruzadas», papel que le valió su primera nominación al Óscar como mejor actriz de reparto.

Al año siguiente fue nominada de nuevo por la Academia para mejor actriz con «La noche más oscura», en la cual interpretó a una analista de la agencia de inteligencia estadounidense que tiene por trabajo rastrear al líder de Al Qaida, Osama bin Laden.

Madre de dos hijas y casada con el conde italiano Gian Luca Passi de Preposulo desde 2007, Chastain es conocida por resguardar su vida personal y mantenerla lejos de sus responsabilidades laborales.

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