El dicho afirma que quien siembra vientos cosecha tempestades y eso significa que quienes siembran la polarización que divide hoy en día a tantas sociedades en el mundo, terminarán pagando las consecuencias de esos actos irracionales que persiguen crear confrontaciones que en determinado momento pueden parecer útiles a un sector, pero que en el largo plazo lo destruyen todo. La noticia de otro intento de atentado contra Donald Trump en Estados Unidos viene a generar mayores tensiones en una sociedad en la que cada día es más difícil encontrar razonamientos lógicos que rompan con la propagación de ideas fanáticas destructoras de la democracia que es el mayor valor histórico de ese país.
Uno de los sueños de muchos de los más grandes líderes mundiales fue generar consensos o acuerdos entre la mayoría de la gente para impulsar políticas que podrían considerarse como de interés público; sin embargo los radicales, incapaces de razonar correctamente, fueron trabajando para provocar esas profundas divisiones que han llegado a tal extremo que es ya muy difícil hacer que impere la razón y que la inteligencia sea el motor de las ideas.
Estados Unidos está viviendo ahora quizá el momento más terrible de su historia; mucho más grave que aquella guerra civil que permitió finalmente acabar con la esclavitud como parte de la economía de esa nación. Y se puede ver en las discusiones sobre temas como el aborto, la libertad de oportunidades para migrantes, lo que siempre fue un sello de la economía y la vida norteamericana, no digamos en la polarización política que lejos de argumentar y contraargumentar con ideas y valores, lo hace con patrañas y mentiras.
El llamado Proyecto 2025 es un ejemplo clarísimo de que se abandonaron todos los valores esenciales de la vida social y política de Estados Unidos y que el país está en serio riesgo de terminar en una dictadura similar a las que hemos visto en otros países donde el totalitarismo se termina imponiendo.
En Guatemala sabemos lo que significa la polarización porque quienes se propusieron y lograron saquear los fondos públicos para su directo beneficio fueron creando divisiones artificiales, con inventos ideológicos totalmente absurdos, para enfrentar a unos contra otros y hacer que el tema de fondo, el combate a la corrupción, no estuviera siquiera en la agenda cotidiana de una sociedad a la que todavía le espantan viejos fantasmas, que ya ni siquiera existen en el mundo moderno, pero que a mucha gente le parecen asuntos de vida o muerte.
El supuesto atentado contra Trump es una muestra de cuán dividida está esa sociedad por temas que no son profundos, pero que impiden articular consensos en beneficio del país.