Los sindicatos surgieron mundialmente como organizaciones creadas por los trabajadores para la defensa y promoción de sus derechos e intereses legítimos; tristemente, como pasa con tanta noble institución, muchos se pervirtieron para defender y promover la corrupción, tal y como sucedió con los maestros en Guatemala. Sin embargo, quedan entidades que buscan cumplir sus fines y un ejemplo nos lo da hoy el Sindicato Nacional de Trabajadores del IGSS, al publicar un campo pagado, directo y certero, para denunciar no solo la corrupción en la compra de medicinas en la entidad, sino las consecuencias que ello puede tener para patronos, beneficiarios, pensionados, jubilados y empleados del Instituto.
El sindicato hace un llamado para que pongamos atención a lo que ocurre en el IGSS, que es patrimonio del sector productivo del país, señalando el contubernio entre las autoridades con proveedores y tribunales que, mediante amparos, legalizan la compra espuria de medicamentos, detallando además vicios en servicios contratados, renta de propiedades y plazas fantasma, lo que ha llevado la corrupción a niveles nunca antes vistos.
Con nombres, pelos y señales señalan a autoridades y entidades que dirigen las operaciones que terminan causando serio perjuicio a los afiliados y al Instituto mismo, haciendo un llamado para detener ese descarado latrocinio. Si todos los sindicatos del sector público tuvieran ese nivel de conciencia para señalar en forma clara y precisa la corrupción y a quienes la realizan o apañan, seguramente que podríamos ilusionarnos con la esperanza de que el país puede cambiar.
Insistimos en que los lectores y la ciudadanía en general tiene que leer con detenimiento el comunicado que hoy publica el Sindicato de Trabajadores del IGSS en el que piden a toda la población y a las instituciones que tienen que ver con la administración de justicia, que se proceda para impedir que siga ese saqueo que perjudica tanto a patronos como a trabajadores de todo el país. Es con el aporte de ellos que funciona una entidad creada para generar esa seguridad social que ha sido tan importante, aunque, tristemente, las mafias que no dejaron santo parado aprovecharon su poder para adueñarse también de un mecanismo diseñado para ayudar efectivamente a la protección de la salud de millones de personas y la previsión para su retiro por vejez.
No caben medias tintas cuando hablamos de la corrupción y aunque los sinvergüenzas sigan gozando de la protección en los tribunales, en el Ministerio Público y las más altas cortes, si los ciudadanos entendemos el daño que se nos hace y nos unimos para exigir respeto a la legalidad y el castigo de los ladrones, podremos ir desmontando ese granítico entramado que está hundiendo a Guatemala.