Hoy distintas marchas se realizaron en la ciudad con el objetivo de manifestar el rechazo a cualquier maniobra para alterar el resultado electoral y ayer el CACIF emitió un comunicado en el que señala que los resultados electorales son inalterables, expresión que se suma a la de distintas organizaciones de todo el país que han expresado repudio a las acciones antidemocráticas. Es un hecho que se vive una situación que genera inquietud entre los ciudadanos porque, aunque las autoridades lo nieguen, resultan obvios los esfuerzos que se vienen realizando por la vía judicial para llegar a una decisión que rompa el mandato constitucional de la soberanía popular.
El magistrado Roberto Molina Barreto se convirtió en vocero de quienes niegan cualquier tipo de intención perversa y dijo que son los medios de comunicación los que han ido generando ese ambiente de inquietud y preocupación al propagar informaciones infundadas sobre las intenciones de las autoridades. Sin embargo, los hechos siguen confirmando que hay todo un mar de fondo en las acciones emprendidas justamente al día siguiente de la primera vuelta, cuando los resultados sorprendieron a mucha gente que sentía la tranquilidad de que dos candidatos miembros del sistema pudieran pasar a segunda vuelta.
Se han dado en estos últimos tiempos situaciones que no se veían en Guatemala y es total la forma en que se han articulado posiciones que manifiestan su absoluto respaldo a la democracia y al resultado de la voluntad popular expresada en las urnas. Fuera de quienes se han beneficiado de la corrupción imperante, el resto de los guatemaltecos ha decidido ponerle fin a un sistema que dejó de ocuparse del ciudadano para centrar toda su acción en el enriquecimiento ilícito.
No cabe ninguna duda que el notorio hundimiento de la institucionalidad del país, que se manifiesta gráficamente con lo que ha ocurrido con tantos agujeros que afectan la infraestructura vial, ha generado ya un cansancio que los ciudadanos reflejaron en las urnas al votar por una opción cuyo principal planteamiento fue el rechazo a la corrupción y la impunidad establecida para beneficio de los que actúan al margen de la ley. Y conforme pasen los días iremos viendo más claro el camino que se han trazado los enemigos de la democracia, porque es tanto lo que tienen en juego que no están dispuestos a soltar la fuente de un burdo y descarado enriquecimiento ilícito que no es, ni por asomo, investigado por las autoridades.
Está quedando claro que el repudio de la población no altera los planes trazados y que lo más duro de la crisis todavía está por venir.