En la foto el Ministro de Comunicaciones, Javier Maldonado y la fiscal general, Consuelo Porras.
En la foto el Ministro de Comunicaciones, Javier Maldonado y la fiscal general, Consuelo Porras. Diseño: Roberto Altán y Alejandro Ramírez/ La Hora

El fin de semana, cuando empezó la liberación de todas las rutas tras el necesario cambio de estrategia para guardar la legalidad de quienes protestan contra el manoseo legal para revertir el resultado de la decisión libre y soberana de los electores, ocurrió un nuevo hundimiento en la red vial, esta vez en el kilómetro 70 de la ruta al Pacífico, a la altura de Siquinalá, Escuintla, situación que afectó a decenas de miles de personas, tanto así que la larga cola de vehículos empezaba en la autopista de Palín, afectando no únicamente a los que pasaban por Siquinalá sino también a los que se dirigían al Puerto San José o a otros poblados situados al oeste de la cabecera departamental.

Todo sucede por el completo abandono de la red vial, pues la falta de mantenimiento se traduce en hundimientos que producen atascos que ya forman parte de la cotidianeidad.

Hay hundimientos en muchos municipios y en diversas rutas de la red vial del país, todos ellos causados por el abandono en que cayó el mantenimiento debido a que el gasto en ese rubro no produce las mismas ganancias ni deja las ollas tan untadas como muchos de los mamarrachos que se construyen como obras nuevas. El fin esencial de la inversión pública no tiene en absoluto nada que ver con el cacareado bien común, como lo ordena la Constitución, sino que simple y sencillamente las decisiones se toman con base en la “sobra que deja cada obra”, tal y como nos lo explicó hace años aquel enviado de la OIM.

Y cabalmente lo que el elector guatemalteco hizo en las elecciones fue enviar un claro mandato para acabar con esa rampante corrupción que se traduce, literalmente, en el hundimiento del país. Y el temor a perder todas esas oportunidades de enriquecimiento es, a su vez, lo que ha generado el montón de maniobras que se vienen realizando para buscar la anulación de las elecciones en primera vuelta para eliminar, de tajo, el mandato popular.

Muchos de los actores que hoy forman parte del círculo de confianza del Centro del Gobierno y que han hecho fiesta con el presupuesto del Ministerio de Comunicaciones, incluyendo las millonarias ampliaciones, son actores que ayudan a promover e incentivar las acciones contra la democracia porque no desean perder la gallina de los huevos de oro. Contratos y negocios que hoy han tenido enorme Consuelo y muchas Porras porque el Ministerio Público (MP) se ha hecho el ciego, sordo y mucho con esa modalidad de corrupción.

Es imperativo el rescate institucional para enderezar el rumbo del país y terminar con ese despilfarro de los fondos públicos que únicamente se utilizan para beneficio de los funcionarios y contratistas que se reparten un muy jugoso pastel.

Uno de los grandes retos del Gobierno electo será entrarle a ese entramado de corrupción que tienen demasiados tentáculos, pero es necesario recuperar la red vial del país con formas y maneras que nos permitan salir de los vicios y tener sostenibilidad para lograr lo que el país necesita de su infraestructura.

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