Editorial
En la imagen, de izquierda a derecha; el presidente de la República, Alejandro Giammattei; la fiscal general del Ministerio Público, Consuelo Porras; el fiscal de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, Rafael Curruchiche, y la candidata presidencial por la Unidad Nacional de la Esperanza, Sandra Torres. Foto: Archivos / José Orozco / La Hora.

La conspiración para dar el manotazo sigue su marcha y ahora se está metiendo presión a las Juntas Electorales y a los digitadores para aterrorizar a quienes participen, bajo la amenaza de algún proceso penal sacado de la manga; no obstante, en previsión de que no les funcionen sus planes, están preparando acciones por si se produce finalmente la segunda vuelta. Las mismas implican el aprovechamiento, otra vez, de los abundantes recursos otorgados a muchos alcaldes para que así como se logró colocar a Manuel Conde en un tercer lugar, pese a que el partido carecía de real organización y liderazgo, además del lastre de la escasa popularidad de Giammattei, esa maquinaria funcione ahora a favor de la UNE y su candidata.

Vimos en el curso del año pasado y lo que va de este, la forma en que se distribuyeron importantes partidas presupuestarias para beneficio de los alcaldes, lo que no significa que hubiera beneficio para los municipios y sus habitantes porque todo era un arreglo político para reclutar aquellos famosos 200 alcaldes que se encargarían (y lo hicieron) de la movilización en sus jurisdicciones para reunir votos.

El acuerdo fue para sumar sufragios en la primera vuelta, pero ahora se está renegociando, con todo lo que ello significa, para que el mismo trabajo se haga para la segunda vuelta a favor de la candidata Sandra Torres, a quien le corresponderá cubrir lo que haga falta para satisfacer las demandas de los jefes ediles. Y se les dice a los Alcaldes que con los votos de Vamos y de la UNE, más los otros partidos que son absolutamente leales al sistema, se les garantizará que así como se manejó el presupuesto con visión electorera, se hará por lo menos el año entrante para cubrir esta nueva deuda.

Por el tema de recursos no deben preocuparse porque los habrá en abundancia, se les ha dicho a los jefes ediles que tienen ahora el encargo de movilizar gente como lo hicieron en la primera vuelta; se trata de impedir a toda costa que el sistema actual, tan lucrativo y productivo, sufra algún trastorno como consecuencia de una masiva expresión de la ciudadanía contra la corrupción.

Todos los escenarios posibles se están trabajando cuidadosamente porque, desde luego, es demasiado lo que está en juego. No se trata únicamente de los negocios posibles, sino también de garantizar, de manera absoluta, la impunidad para que todos los que se han aprovechado de los recursos públicos, sean alcaldes o cualquier otro tipo de funcionarios, dispongan de la seguridad necesaria para vivir la vida tranquila y holgadamente.

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