De izquierda a derecha, Sandra Torres, presidenciable de la Unidad Nacional de la Esperanza; Zury Ríos, presidenciable de la coalición Valor-Unionista; Edmond Mulet, presidenciable del partido Cabal; Alejandro Giammattei, presidente de la República de Guatemala; y Miguel Martínez, quien estuvo en el extinto centro de gobierno. Foto: Archivos / La Hora.

Esta campaña electoral tiene tintes de telenovela o, mejor dicho, de serie de Netflix porque hasta los narcos salen a bailar. En los últimos días, ha arreciado el enfrentamiento entre las dos mujeres -que en su momento pactaron con Alejandro Giammattei, una para evitar que le cancelaran el partido y otra para colocar algunos magistrados de la CC que validaran su nominación, por lo que se sintieron vestidas de novias- contra Edmond Mulet, de quien Álvaro Arzú, aliado de Zury Ríos, dice que pactó hace 3 semanas con Giammattei ofreciéndole inmunidad.

Se dicen mutuamente cualquier cosa en estas horas finales en las que parece que quienes estaban listas para la boda se empiezan a ver como las estrellas de aquella vieja película: Vestidas y Alborotadas. Porque obviamente tanto Sandra Torres como Zury en su momento fueron las aliadas de la pareja gobernante, lo cual se puede corroborar con el comportamiento de las bancadas de ambas en el Congreso, votando al unísono con el oficialismo en los temas claves para Giammattei y Miguel Martínez. Pero como quienes mandan aquí no tienen noción de lo que son las lealtades y compromisos, a nadie le puede extrañar que esos pactos queden en el camino, si resulta que hay alguien más que pueda dar las garantías esenciales para evitarles sobresaltos cuando dejen el poder.

En esta campaña se ha visto de todo, desde quienes bailan para conseguir votos hasta “algotro” que cree que con su lenguaje vulgar captará la atención de la ciudadanía. A falta de propuestas serias para presentar a los electores, se trata de encontrar cualquier tipo de fórmulas para tratar de posicionarse en las encuestas que faltan de aquí a las elecciones. La acusación del aliado de Zury contra Mulet, en el sentido de que pactó con Giammattei hace tres semanas, no ha sido probada y sin duda el candidato de Cabal la negará rotundamente, pero ya sabemos que en política todo cabe en lo posible.

El problema esencial de esta campaña está en la más absoluta falta de credibilidad de muchos candidatos, su facilidad para lanzar ataques demoledores a los adversarios y la susceptibilidad cuando son ellos los atacados, haciendo que todo gire, al final, entre el amor y el odio, como pasa con las telenovelas a las que hicimos referencia inicialmente.

A tan solo 18 días de las elecciones podemos decir que se vienen momentos álgidos en los que abundarán los trapos sucios que serán mucho más importantes que las propuestas para componer al país, tema que aparentemente no interesa mucho a los contendientes que están enfocados en cómo bajarse a sus rivales.

Redacción La Hora

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