No es culpa de los políticos el que los ciudadanos se comporten de manera tan superficial. Foto La Hora.

 

Editorial La Hora
lahora@lahora.gt

Es indudable que hay asesores políticos que se han dado a la tarea, seria, de entender e interpretar al elector guatemalteco y por ello aconsejan a los candidatos que les han contratado que deben hablar sin profundidad, de manera campechana y simpática, para ganar un voto que no es demasiado exigente ni consciente. Por eso puntean en las encuestas quienes no abordan temas serios y se preocupan por exponer planes de trabajo coherentes o quienes, por sus reiteradas campañas, son ampliamente conocidos y tienen una base sólida, aunque no crezca en absoluto.

Que la figura estelar de la campaña presidencial actual sea un personaje como Mechito, que atrae multitudes y ha catapultado al candidato al que respalda, de quien se sabe poca cosa y que no ha podido explicar por qué no posee visa para entrar a Estados Unidos es un indicador de lo antes dicho.

Lo mismo puede decirse del tono que ha adquirido la campaña de Mulet, hablando de regalar Viagra a los ciudadanos o Sandra Torres jugando de Sandra Potter o Zury Ríos con el nuevo baile de la Zury Señal. Y todo apunta a que no son simples ocurrencias, sino libretos bien elaborados para llegarle a un electorado al que la política, si mucho, le sirve de distracción en medio de tanta tragedia.

No es culpa de los políticos el que los ciudadanos se comporten de manera tan superficial y los que han sabido darle lectura al panorama entre los electores le sacan provecho a ese extraordinario nivel de superficialidad.

Guatemala vive un momento crítico de su historia porque, sobre todo, la destrucción del Estado de Derecho deja a todos indefensos ante los abusos que puedan cometer quienes saben cómo navegar en las turbias aguas de nuestra justicia, pero ello no le quita el sueño a la gente, a los electores, quienes disfrutan con las carcajadas que generan las figuras más populares.

Las encuestas que se han publicado últimamente, éstas si del gusto del candidato Carlos Pineda porque él las encabeza, son la mejor evidencia de que la política dejó de ser asunto serio en el país. Ya con el experimento de Jimmy Morales, un payaso sin formación ni preparación, se pudo ver que el elector se toma el asunto a la ligera y termina votando por fregar la pita, como se dice en buen chapín.

El precio de esas decisiones ha sido terrible y será peor en el futuro, pero aparentemente es lo que el ciudadano quiere. A lo mejor viendo a todo el ramillete de opciones y sin encontrar algo que realmente inspire a soñar en algo bueno para el país, lo mejor es irse por el más dicharachero.

Artículo anteriorUN RECORDATORIO A MIS COLEGAS
Artículo siguienteMessi es suspendido por el PSG después de su viaje a Arabia Saudita