De izquierda a derecha se encuentran el Msc. Mynor Franco, el Dr. Ranulfo Rojas, la Dra. Irma Palencia, la Dra. Blanca Alfaro y el Msc. Gabriel Aguilera. Foto: La Hora / TSE

Dando explicaciones totalmente absurdas, los magistrados del Tribunal Supremo Electoral confirmaron su incapacidad ya reconocida, luego de haber expuesto a miles de migrantes cuya identidad y localización fue publicada para que, supuestamente, actualicen sus datos antes del evento electoral que está por ser convocado. De hecho, el empadronamiento de migrantes ha sido un fracaso por muchas razones, pero las “brillantes mentes” del TSE dispusieron comprometer la situación de quienes mostraron interés por elegir a las autoridades guatemaltecas.

Millones decidieron no hacerlo, posiblemente por la ausencia de facilidades porque el tema, en honor a la verdad, solo ha servido para que magistrados y funcionarios viajen con gastos pagados y la actividad resulta del todo inefectiva.

El migrante empadronado no debe recibir un trato distinto al ciudadano residente en Guatemala y hubiera bastado enviar un mensaje general recordando la importancia de actualizar datos para lograr el cometido que, supuestamente, tenían esos magistrados que decidieron exponer a miles de migrantes. El procedimiento de publicar listados no se hace con todos los empadronados sino que se limitó a los que están viviendo en Estados Unidos, muchos de ellos en condición irregular y al explicitar en qué ciudad habitan los comprometen seriamente, situación que no es tan difícil de entender, pero el colmo es que ni uno solo de los magistrados reparó en esa negativa consecuencia de la publicación.

El desencanto con la autoridad electoral que ahora tenemos no es nuevo y hasta resulta ya cansado tener que estar advirtiendo su notable incapacidad que, no obstante, está siendo muy útil para cualquier jefe de jefes, como se ha visto con el trato preferencial que ha sido otorgado a quien presume de esa posición por su influencia en Giammattei. Y esa misma docilidad es la que hace pensar seriamente en el riesgo de que el próximo evento electoral nos lleve de regreso a aquel triste pasado de burdos fraudes cometidos por los gobiernos en la década de los años setenta y principios de los ochenta.

Los migrantes son el motor de la economía nacional y es gente cuyo esfuerzo y dedicación debiera ser, al menos, respetado porque las circunstancias difíciles que les ha tocado vivir son la causa que los lleva a la difícil decisión de dejar su terruño y su familia. La torpeza de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral es imperdonable por las implicaciones que puede tener y sabiendo que no se usa el mismo procedimiento con los empadronados locales, hasta puede suponerse un dejo de mala intención, pues nada se ganó con dicha publicación.

Redacción La Hora

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