El líder sindical Joviel Acevedo ha negociado beneficios en varias ocasiones con el Mineduc, que actualmente es encabezado por la ministra Claudia Ruíz. Foto La Hora.

La mitología griega nos deja la figura de Pandora, esa mujer extremadamente curiosa a quien entregaron una caja con instrucciones de no abrirla y cuando lo hizo de ella salieron todos los males del mundo y cuando uno ve lo que es nuestro actual Ministerio de Educación no puede sino pensar en ese pasado mitológico porque por donde uno escarba, en lo que dejan autoridades que se burlan de la Ley de Acceso a la Información, encuentra razones para entender por qué estamos tan mal en el plano educativo pese a que ha habido importantes incrementos al presupuesto de la cartera, tanto así que ha aumentado 48% del 2017 a la fecha.

Cierto es que mientras la receta mundial es invertir en educación el 7% del Producto Interno Bruto, en Guatemala apenas se destina un 2.8%, muy por debajo de países como Cuba (12.8), Costa Rica (7.4), Bolivia (6.9), Brasil (6.2) Argentina (5.5) y Chile (5.4), países que según el Banco Mundial invierten más del 5% del PIB. Pero no es la baja inversión sino la mala inversión lo que más cuenta porque ese incremento de 48% en el presupuesto ha sido principalmente para satisfacer las exigencias de Joviel Acevedo, a quien el nivel de educación le importa un pepino porque lo que a él le deja untada la olla es el mayor gasto en el pago a maestros, aunque éstos no rindan lo que de ellos se esperaría.

Por si eso fuera poco hay un auténtico desorden en los mandos altos del Ministerio donde existe una elevada rotación de personal que es puesto y quitado por la actual titular de la cartera y la anarquía se refleja en los resultados de las pruebas que se hacen para medir el conocimiento de los alumnos próximos a graduarse en las que se ha detectado graves deficiencias en lectura y matemáticas. Algunos restan importancia a esas pruebas pero la verdad es que son un correcto indicador de lo que estamos haciendo con nuestros niños en medio de modelos que se van acomodando sin que sea posible una auténtica reforma educativa porque ello no está en la agenda del sindicato que es el mayor de los males que tiene nuestra Pandora.

Los gobiernos debilitados por su incapacidad y corrupción necesitan fervientemente del apoyo multitudinario de las huestes que pone a su servicio Joviel con su sindicato y ese poder le permite ser el amo y señor de todo lo que tiene que ver con la educación pública, sector en el que no se mueve la hoja del árbol sin su expreso consentimiento.

La mitología dice que lo único que no escapó de la Caja de Pandora fue la esperanza pero aquí hasta eso se está perdiendo.

Redacción La Hora

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