El Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, CIEN, formuló un análisis en el tema del Presupuesto y explica que para el año próximo se estima un aumento de cinco mil millones de quetzales en remuneraciones salariales que van, sobre todo, a los ministerios de Educación, Salud y Gobernación, no obstante que se ha demostrado que la asignación del 75% de los gastos de presupuesto en el rubro de salarios no se ha traducido en mejora en la calidad de servicio que recibe la población. Y ello es porque los incrementos de partida responden a las negociaciones que a espaldas de la población hacen autoridades con dinero que no es de ellos y que se traduce en más gasto sin una mejora en la calidad de los servicios.
El análisis del CIEN es contundente al corroborar que por más que se aumente el gasto en educación no se logra un incremento de la calidad educativa que recibe nuestra niñez y la juventud porque ello no forma parte de los pactos que se suscriben. El único compromiso real que adquieren los beneficiarios de los aumentos es el de ser instrumentos de apoyo político para apuntalar el régimen de corrupción e impunidad que se ha asentado en el país, pero en absoluto no hay ningún compromiso por garantizar avances en el cumplimiento del deber de educar a nuestros niños. Y lo mismo se puede decir del sector Salud, donde los pactos se negocian con la misma mentalidad sin que el tema de las necesidades sanitarias, desnudadas por esta pandemia, haya tenido nunca ni siquiera una mención en los tales pactos.
Si a Gobernación vamos, cada día se hace más público que se ha vuelto a aquellas oscuras etapas en las que la Policía y los encargados de presidios eran simplemente recolectores de fondos que luego se repartían entre los principales funcionarios de las instituciones y del mismo Ministerio. El esfuerzo por profesionalizar la fuerza policial fue tirado por la borda en el gobierno anterior que dispuso volver al pasado y el resultado lo tenemos ahora cuando, ante las evidencias, el Ministro tuvo que reconocer la existencia de actos delictivos cometidos por los mismos agentes.
El magisterio de Guatemala fue uno de los referentes de la ciudadanía y era abanderado de las causas justas, luchando por construir un mejor país, papel que mantuvo con hidalguía hasta que llegó la corrupta dirigencia que le hizo traicionar sus principios y valores a cambio de un dinero pactado bajo la mesa, en negociaciones que por sucias son secretas, con los ministros de turno.