POR KIMBERLY LÓPEZ
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“Espantosa” fue la palabra que el vicepresidente Jafeth Cabrera utilizó para referirse a la cifra de familias que se verán damnificadas por los efectos de la sequía este año. Según la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan), el año pasado el dato fue de 105 mil; sin embargo, para este año serán 300 mil los núcleos familiares que padecerán hambre por falta de lluvias. La inseguridad alimentaria es un problema derivado de la sequía que revive año con año, pero que no ha sido atendida de manera profunda, sino paliativa.
La inseguridad alimentaria provocada por la ausencia de lluvias en el denominado Corredor Seco se ha convertido en una tragedia recurrente en los últimos años, al punto que el Gobierno planifica con anticipación proyectos y asigna recursos para paliar la crisis, pero hasta hoy no ha planteado ninguna solución a largo plazo, favoreciendo el círculo del hambre, que cada año se cierra sobre más familias.
Semanas atrás, el vicepresidente Jafeth Cabrera anunció que se aproxima un periodo de sequía, por lo que las autoridades buscarán el apoyo de organismos internacionales para enfrentar la escasez de alimentos que afectará a 300 mil familias este año, casi el triple de los damnificados del año anterior, según estimados de la Sesan.
Guatemala depende de la cooperación internacional para poder enfrentar los efectos del fenómeno natural, ya que no cuenta con presupuesto suficiente para hacerlo por sí misma. “No debiéramos vivir de donaciones, pero afortunadamente los organismos están apoyando”, reconoció Cabrera.
El XLIX Foro Regional del Clima, que es el órgano oficial de pronóstico climático para la región, no prevé una canícula prolongada ni severa como la observada en 2014 y 2015, pero advierte de un inicio tardío del invierno o estación lluviosa, que usualmente comienza entre la última semana de mayo y la primera de junio.
Los efectos que estas condiciones climáticas tendrán, no obstante, son alarmantes. La zona que, por su estructura climática, está condenada a sufrir las inclemencias de la sequía es el Corredor Seco, región que se caracteriza por tener menores precipitaciones y, por lo tanto, mayor riesgo de presentar déficit de humedad.
MILES DE FAMILIAS VULNERABLES
Ocho departamentos y 46 municipios, que albergan al 8.7 por ciento de la población de Guatemala, según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), conforman esta área. Sin embargo, debido a las canículas prolongadas severas, recientemente la región se extendió a tres departamentos más.
“Ahora, con estos periodos tan largos de falta de lluvia, se agregó Quiché, la parte norte de Totonicapán y Huehuetenango. Entonces se han sumado tres departamentos, sobre todo la parte en donde está ubicada la cuenca del río Motagua”, explicó Germán González, titular de la Sesan.
El Ministerio de Agricultura informó que, por el momento, no es posible estimar qué tan grandes serán los daños a las cosechas, pero en años anteriores se ha impactado entre el 4.5 y 5 por ciento de la producción nacional de granos básicos, es decir, maíz y frijol.
Las sequías terminan de arrebatar todo a los que ya tenían poco. El término utilizado para referirse al sector más vulnerable de la población, frente a la falta de lluvias, es “familias campesinas en infrasubsistencia”. El ministro de agricultura, Mario Méndez, explica que estas familias son aquellas que no poseen tierra; mientras que las “familias en subsistencia” son las que poseen como máximo dos manzanas.
“Quienes sufren los problemas de la canícula y la sequía son aquellas personas catalogadas en infrasubsistencia, que son los que están sembrando para poderse mantener el resto del año. Ellos recurren a guardar maíz y su frijol, luego buscan trabajo en fincas o hacen otro tipo de actividades. Es hacia ellos a donde tenemos que enfocar los esfuerzos”, detalló Méndez.
MEDIDAS PALIATIVAS
El ministro señala que comportamiento irregular de las lluvias en los últimos años es consecuencia de un cambio climático inminente, que agrava la condición de pobreza de aquellos cuya subsistencia depende de cultivos.
Méndez aseguró que ya se abastecieron bodegas con raciones del Programa Mundial de Alimentos, para apoyar a las familias vulnerables.
“Nosotros compramos en marzo 78 mil raciones y el Programa Mundial de Alimentos tiene 110 mil raciones. Esta es una emergencia, es un problema que heredamos, ha sido recurrente y ha venido dándose los últimos diez u ocho años”, explica el ministro.
En tanto, González, de Sesan, indicó que dentro de las evaluaciones que han hecho, se determinó que la política de seguridad alimentaria y nutricional es una de las pocas que cuenta con presupuesto para poder atender todas las situaciones que se dan de seguridad alimentaria.
Según dijo, desde 2013 hay una vinculación presupuestaria de todas las instituciones involucradas, la cual se incorpora en el plan anual de seguridad alimentaria. De tal forma que hasta ahora tienen provisiones, no obstante, su disponibilidad de presupuesto también depende de la recaudación.
EL CÍRCULO DEL HAMBRE
El hambre durante la época de sequía es un problema tan recurrente que se denominó “hambre estacional” al fenómeno que se da en un periodo de mayo hasta octubre, señala González, de la Sesan.
Sin embargo, aunque el comportamiento de las lluvias es consecuencia de un cambio climático inminente, el hambre es ocasionada por el empeoramiento de las condiciones de vida de un sector de la población que ya era vulnerable. Y mientras no haya medidas de fondo para acabar con la pobreza, año con año se repetirá la tragedia, coinciden las autoridades entrevistadas.
Méndez cuestionó el enfoque asistencialista de la atención que gobiernos anteriores dieron al tema y señaló la politización de los programas de seguridad alimentaria.
El ministro incluso está convencido de que los estimados de población afectada responden a “datos inflados” debido al uso político que se dio a la ayuda estatal en periodos de sequía.
“Estamos convencidos de que estos datos son menores porque se politizaron mucho los programas, es menor la cantidad de familias a las que hay que atender; sin embargo, como este es el reporte oficial, tenemos que trabajar en base a eso”, asegura.
El funcionario indica que de esta forma, los beneficios llegaron a quienes no los necesitaban: “Estamos hablando de beneficios para personas en extrema pobreza y alta vulnerabilidad y a veces llegaban personas destinatarias de programas, en vehículo para recoger su ración”, dijo.
UNA PROMESA A LARGO PLAZO
“Usted ya no puede pensar que va depender del ciclo de lluvias para hacer sus siembras porque ya el ciclo va ser irregular, por lo que la agricultura tiene que avanzar de acuerdo a los cambios ambientales”, dice Méndez.
Por ello, la cooperación internacional también apoya con mecanismos de adaptación al cambio climático. Según González, el Maga debería imitar estas acciones.
“Hemos tenido un gran apoyo de la comunidad internacional sobre todo en poder trasladar metodologías. Más allá del apoyo financiero que a veces se ve disminuido porque es el Gobierno el que debe asumir estas emergencias”, indica el secretario.
Según la Sesan, actualmente se está impulsando un Plan Nacional de Riego que busca con un presupuesto de Q600 millones anuales para poder cubrir 20 mil hectáreas para regar.
El Corredor Seco tiene de 45 mil a 50 mil hectáreas que pueden ser irrigables. Si esas hectáreas se riegan, en dos años y medio, las familias que viven en esta zona dejarían de ser asistidas porque podrían sobrevivir por sus medios, señalan las autoridades.
El ministro Méndez explica que “con esta medida las familias además de que asegurarían su producción de granos básicos, podrían tener fuentes de ingreso”.
Otra de las medidas planeadas en el futuro es que, junto con el Ministerio de la Defensa, se ha pensado en construir reservorios de agua para poder utilizar el agua de lluvia y optimizar todos los recursos hídricos del país.
Para el ministro, las dos propuestas están orientadas más allá de las respuestas paliativas que han dado gobiernos anteriores.
“Si empezamos con esto en febrero del próximo año, va ser rápido porque se trata de tuberías, hacer pozos. Entonces de aquí a junio del próximo año, cuando toquemos de nuevo el tema, ya van a haber resultados y familias no tendrán que ser asistidas”, asegura.
Pero hasta hoy, las únicas medidas concretadas son las paliativas. Sobre lo otro, lo único que tiene el ministro es su palabra: “Usted verá la buena voluntad y los cambios que se estarán implementando hacia esto, pero ya no para que estemos asistiendo a las familias sino para que podamos dotarlas de insumos necesarios e infraestructura necesaria para que sean productivos y ya no dependan de asistencia humanitaria”, dice.
DE “EL NIÑO A LA NIÑA”
Las proyecciones climáticas apuntan a que después de enfrentar el fenómeno de El Niño, el país recibirá al de La Niña.
El primero, caracterizado por la falta de lluvias y el segundo, por el exceso de las mismas. Entonces, las medidas empezarían a enfocarse al problema opuesto.
Sin embargo, las medidas para La Niña se contemplarán en el plan del próximo año, explica el titular de SESAN.
El ministro Mario Méndez se adelanta a decir que “tenemos que estar preparados porque empiezan derrumbes y deslaves por este exceso”.
Según Méndez, hay que pensar en apoyo a las familias por derrumbes, por deslaves, “porque somos un país altamente vulnerable y tenemos que estar preparados para todo tipo de emergencias”.