Por ALMUDENA CALATRAVA
BUENOS AIRES
Agencia/AP
«La larga noche de Francisco Sanctis», que competirá en el Festival de Cine de Cannes, aborda de manera novedosa la última dictadura argentina al lograr que el espectador haga suyo el dilema ético que afronta el protagonista: salvar la vida de dos perseguidos políticos a costa de arriesgar la propia o mantenerse al margen de un conflicto que le es ajeno.
La ópera prima de Andrea Testa y Francisco Márquez se exhibirá en la sección Un Certain Regard de la muestra que comienza el 11 de mayo. Trata sobre el «ejercicio de la voluntad», del compromiso y del difícil proceso de toma de decisiones, pero no pretende hacer juicios de valor, explicaron a The Associated Press sus directores y su astro, Diego Velázquez.
Según Márquez, «habla además de una herida que no cerró y de lo que se llamó la mayoría silenciosa», de argentinos atemorizados que durante el siniestro régimen de facto que gobernó entre 1976 y 1983 optaron por mirar a otro lado.
El filme se basa en la novela homónima del fallecido escritor argentino Humberto Costantini, un disidente político de la dictadura en la que desaparecieron miles de personas que escribió esta obra al regreso de la democracia. Un librero de Buenos Aires se la recomendó a los cineastas debutantes con la promesa de que no se iban a arrepentir.
Y así fue. Testa y Márquez, de 28 y 34 años respectivamente y pareja en la vida real, se percataron de que habían encontrado la historia que querían llevar al cine.
El filme interpela con sutileza al espectador qué habría hecho él en la piel del protagonista.
Francisco Sanctis, un gris empleado administrativo sin compromiso político, recibe el pedido de una antigua compañera de estudios (interpretada por Valeria Lois) de que avise a dos perseguidos de que personal de la Aeronáutica los va a ir a buscar a la casa donde residente en Buenos Aires. A partir de ese momento el protagonista tendrá que decidir a lo largo de toda una noche si salvará o no la vida de dos perfectos desconocidos.
«Lo que más nos impactó de la historia es el dilema ético que plantea», señaló Márquez, quien, al igual que Testa, ha dirigido cortometrajes y documentales.
El abordaje de la siniestra dictadura es novedoso en la cinematografía argentina, al no centrarse en el accionar de los disidentes políticos perseguidos ni tampoco en el de los represores.
La cinta de bajo presupuesto se estrenó en la competencia internacional del festival de cine independiente BAFICI, que se celebra en esta capital. Fue galardonada con el Premio de Óperas Primas del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
Para los directores, estar presentes en Cannes es ya de por sí un premio.
Velázquez, cuyo personaje es omnipresente en la cinta, se prendió con una historia que «no es un panfleto y que te da la posibilidad de reflexionar», la cual le planteó además el reto de encarnar a un personaje «que no es un héroe, tiene contradicciones y miente».
La película «me recordaba al momento actual; hay mucha gente que todavía no toma decisiones» que involucren un «compromiso social», dijo el actor, quien participó en el premiado filme argentino «Relatos salvajes» como el corrupto fiscal de la historia «La propuesta».
Márquez dijo por su parte que apuesta por un cine que «formula preguntas, no para regodearse en la retórica, sino como una revisión crítica de uno mismo».
La narración se desarrolla mediante diálogos breves, silencios y los elocuentes gestos faciales del protagonista. De a poco, introduce al espectador en un clima sofocante y de intriga.
Según Testa, «fue un trabajo arduo de dirección» en el que los realizadores y el protagonista discutieron cada escena para desarrollar la historia «de forma contenida», sin fórmulas estridentes.
Para documentarse, ambos realizadores, nacidos después de la dictadura, buscaron informarse con personas que conocieron esa época oscura, las cuales presentaban el mismo patrón. Según Testa, hablaban más «del antes y después» pero no tanto de lo que ocurrió. «Se ponían nerviosos, enseguida encendían un cigarrillo».
«Yo también me pregunto qué habría hecho en esa época y qué hago ahora. Hubiera tenido mucho miedo, pero hubiera ido a tocar el timbre» de la casa de los perseguidos del filme para salvarlos, señaló Testa, para quien hacer esta cinta significó definir una postura y asumir un compromiso ante la tragedia que marcó a su país hace cuarenta años.