Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Ayer ocurrieron dos cosas impensables a la luz de lo actuado por el presidente Jimmy Morales desde que fue declarado electo y que marcan una enorme diferencia con lo que ha sido su comportamiento como mandatario. Primero se reunió con los presidentes de los otros dos Organismos del Estado, con la Fiscal General y el Comisionado de la CICIG, teniendo como una especie de testigo especial al Procurador de los Derechos Humanos, para iniciar el proceso de la reforma judicial en la que tanto el MP como la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala tendrán un papel destacado al coordinar el esfuerzo de la sociedad y de los movimientos a favor de la reforma del sector Justicia.

Luego, por la noche, compareció ante la población por cadena de radio y televisión para tomar posición en el caso indignante del comportamiento abusivo del diputado Juan Manuel Giordano, pidiendo a su propio partido que lo expulsen de sus filas, uniéndose así al clamor de la población indignada por la actitud intolerable de ese individuo para el que hacen falta calificativos.

Morales se escudó en la separación de poderes para permitir a su partido, el FCN, comportarse exactamente en el marco de la vieja política, reclutando a la peor calaña existente en el Congreso para acumular votos sin tomar en cuenta la calidad de las personas ni sus antecedentes. Y siempre que se habló sobre el fondo del mandato popular, que era un rechazo a esa forma viciada de hacer política, su actitud fue de parapetarse en el marco constitucional, mismo que ha sido precisamente el parapeto de los más sinvergüenzas que lograron no sólo reelegirse, sino que además incrementar su poder e influencia luego de la crisis del año pasado que no pasó a más porque predominaron los llamados “a la sensatez de respeto al orden constitucional”.

Ayer dio dos pasos al frente contra el sistema y creo que eso es importante en el marco del futuro del país. Falta ver si se mantiene en esa nueva posición que implica entender y reconocer el sentido del mandato emanado de las urnas, pero al quitarle al apoyo al abusivo diputado, y por ende al resto de prepotentes y corruptos que se están tapando con la chamarra del FCN, da un golpe de timón importante al curso de su gobierno y por vez primera se muestra identificado con las expresiones de cansancio del pueblo en relación al comportamiento de los políticos.

Y al asignar un papel protagónico a la Fiscalía General y a la CICIG en la reforma del sector justicia también marca una gran diferencia con respecto a sus posturas iniciales. Y en ese caso es importante señalar que anunció que pedirá una prórroga de cuatro años al mandato de la CICIG, al visitar la ONU, puesto que ello significa que él mismo está dispuesto a someterse al escrutinio de esa entidad que ya formuló cargos contra el presidente Pérez Molina y la vicepresidenta Baldetti por señalamientos de corrupción, lo que significa que él se está sometiendo a ese vigoroso y probado escrutinio.

Si Morales mantiene esas posturas y rompe con los politiqueros de manera firme y frontal, estará cumpliendo con la tarea que el pueblo, en las urnas, le encomendó.

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