Ayer se anunció el Diálogo Nacional para la Reforma al Sector Justicia, impulsado por los tres organismos del Estado pero ejecutado desde una Secretaría Técnica por la CICIG, Ministerio Público y la PDH, quienes presentarán un documento consensuado y socializado para proponer todas aquellas medidas que se consideren necesarias para garantizar el fortalecimiento, independencia y eficiente funcionamiento de la Justicia en lo general y de las instituciones en lo particular.

Lo más importante de esta propuesta es que apostando al imperio de la ley se logrará el impulso que el país necesita en tantas otras áreas en las que, a la fecha, no hemos logrado la receta de cómo cambiar de rumbo.

Y es que en Guatemala siempre ha existido un gran debate sobre lo más importante a atender. Temas puntuales son la necesidad de reformas fiscales que obliguen a una tributación más justa para un país con tantas necesidades; atacar con fuerza las razones y los culpables de la violencia que nos desangra diariamente como sociedad; luchar contra la corrupción que hace millonarios a políticos y financistas de campañas; y, por supuesto, el sistema de partidos políticos y los métodos de “compra” del proceso electoral en que vivimos.

Pero en un análisis sencillo, podemos ver que los resultados de las instancias del sector Justicia y, específicamente, de CICIG y Ministerio Público han sido determinantes para que en todos los temas anteriores se haga sensible la necesidad de un cambio radical y se hayan iniciado procesos de modificación en las prácticas por el puro temor a que la ley alcance a los responsables.

Si logramos un sistema que nos garantice el imperio de la ley, con certeza de castigo para quienes la infringen y con orden para una sociedad acostumbrada a desobedecer todas las normas, podríamos echar a andar el desarrollo que el país necesita.

Temas como las postuladoras, asignaciones financieras, sistemas de selección y control de operadores y administradores de justicia así como candados para garantizar la independencia de los políticos de turno y las cúpulas de poder, serán fundamentales para que la propuesta sea exitosa en el largo plazo.

Es positiva la postura del presidente Jimmy Morales de apostar a cuatro años más de la CICIG y eliminar las polémicas y polarizadoras discusiones al solicitar desde ya la prórroga al mandato.

Pero lo más importante es que no dejemos solos a quienes tienen ahora la tarea de elaborar ese documento sobre el que discutiremos la mejor opción para transformar un sistema en el que, hoy por hoy, siempre ganan los mismos y pierden los mismos.

Partir de la Justicia como la gran propuesta puede cambiar al país. El día que los aprovechados, todos, tiemblen ante el poder de la ley, Guatemala será distinta.

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