POR GRECIA ORTIZ
gortiz@lahora.com.gt

El 8 de marzo se conmemora en Guatemala y el mundo el Día de la Mujer, una fecha que cada año nos recuerda que hay poco para celebrar y mucho por hacer para garantizar los derechos de uno de los sectores más desprotegidos de la sociedad, compuesta por 8 millones 272 mil 469 de guatemaltecas.

Karina* consiguió terminar sus estudios de primaria a los 14 años, después de mucho esfuerzo y sacrificio, ya que debía alternar la educación con el trabajo que realiza en su casa, cuidando de sus hermanos y compartiendo las tareas del hogar con su madre.

Sus posibilidades de optar a una mejor calidad de vida se acabaron porque su padre y su madre, en conjunto, decidieron que debía dedicarse únicamente al cuidado de la casa, y le pidieron que se olvidara por completo de seguir en la secundaria, aunque sus hermanos sí tuvieron esa oportunidad. ¿La razón? Ser mujer, que implica, según su familia, la obligación de ser un ama de casa.

La explicación que recibió Karina no es extraña para las jóvenes de Barberena, Santa Rosa, y tampoco para millones de niñas y mujeres guatemaltecas que por su género ya se encuentran en franca desventaja dentro de una sociedad machista y patriarcal.

Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), las mujeres conforman el 51.1 por ciento de la población, es decir, un grupo levemente superior en número con respecto a los hombres, pero en una franca desventaja en cuanto al respeto de sus derechos y oportunidades.

Es también notable que la mayoría de mujeres se encuentra en edades que oscilan entre los 0 y 29 años, pues son 5 millones 468 mil 052 de personas, mientras el resto se ubica de los 30 en adelante.

Entre los derechos económicos, las mujeres tienen menos posibilidades de superación en comparación con los hombres, de acuerdo con las estadísticas del INE.

Para 2014 la Población Económicamente Activa (PEA) era de 6 millones 316 mil 005, pero dejaba en evidencia un gran distanciamiento de géneros, al punto que el 65 por ciento de ese grupo eran hombres y solo un 35 por ciento mujeres.

Para la informalidad la perspectiva no cambia mucho, pues de acuerdo al INE en el dominio rural, tres de cada diez empleos pertenecen a mujeres. Asimismo, esa entidad destaca que existe una mayor brecha de desempleo en la mujer en comparación a los hombres porque se alcanza un 3.3 por ciento.

En cuanto a salarios, son bajos para mujeres en comparación a los recibidos por los hombres; a nivel rural, para el sexo femenino los ingresos son los más bajos para quienes se ocupan de manera independiente, Q1,144, mientras el sector formal ronda en Q1,540; para el área urbana el promedio informal es de Q2,198, y el salario formal es de Q2,213.

Para la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) la situación es más grave para la mujer indígena, y más si es de una zona rural. En el ámbito nacional el ingreso promedio de la mujer indígena es Q1,523.96, lo que representa Q123.02 menos que el hombre indígena y Q1,006.04 menos que el hombre no indígena.

La PDH asevera que “aunque la ley establece garantías laborales específicas de las mujeres trabajadoras, estas continúan sin respetarse” y advirtió que entre enero y septiembre de 2015, la Inspección General de Trabajo, del Ministerio de Trabajo y Previsión Social recibió 299 denuncias por despido de mujeres embarazadas; 143 por despido en período de lactancia; 60 por no otorgamiento de hora de lactancia; y 12 por obligar a mujeres embarazadas a realizar trabajos inadecuados.

“Los datos anteriores llevan a concluir que las mujeres continúan enfrentando discriminación en el ejercicio del derecho al trabajo. Además de ver reducidas sus oportunidades laborales, y de violaciones al derecho a igual remuneración, inamovilidad durante el embarazo y período de lactancia”, afirmó la PDH.

A una mujer a la que le asiste algún derecho de inamovilidad, para ser despedida debe primero llevarse a cabo un proceso judicial para probar la justa causa, pero por la saturación de nuestro sistema esos procesos raramente se inician porque puede ser que cuando se dicte la resolución ya haya desaparecido la causal de inamovilidad.

SIN ACCESO A LA SALUD Y EDUCACIÓN

La Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (ENSMI), de 2014 a 2015, señaló que la fecundidad en Guatemala ha ido en disminución, pues la tasa global de fecundidad que antes era de 5.1 hijos por mujer, ahora es de 3.1.

Mirna Montenegro del Observatorio en Salud Reproductiva (Osar), acotó que existe una debilidad en el acceso de salud en mujeres. “Nuestro sistema de información en salud es deficiente”, dijo.

Para la profesional, las mujeres embarazadas deberían ser una prioridad, aunque “lo que menos se atiende es el derecho a esa maternidad saludable”.

De acuerdo a Osar, en las primeras semanas de 2016 ya se han registrado 42 muertes maternas; en 2015 fueron 450 decesos y para 2014 hubo 430 muertes; en esas estadísticas se incluyen adolescentes y mujeres adultas.

Respecto a la salud, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), opinó que existe “desigualdad en el acceso a la salud, donde las mujeres indígenas rurales son las más afectadas. Son indicadores de la baja cobertura y calidad de la atención que las madres han recibido en 2015 tanto por el debilitamiento del primer nivel de atención de 2014 y principios de 2015, como la disminución en la cobertura de atención prenatal”.

En ese sentido el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), establece que hay que 410 mil 955 mujeres afiliadas hasta 2015, mientras que en pensiones vigentes al 31 de diciembre de 2014 fueron 86 mil 786 personas.

En cuanto a educación, estadísticas preliminares para este año del Ministerio de Educación, señalan que la deserción escolar en mujeres en la etapa de educación primaria es del 3.22 por ciento, en el ciclo básico es de 6.20 por ciento y en diversificado 6.93 por ciento.

Carmen López de la Convergencia Cívico Política de Mujeres, expresó que es evidente que muchas mujeres no tienen acceso a la educación, y por lo tanto no reciben educación sexual y no planifican sus embarazos.

De acuerdo a la entrevistada, preocupa que las propuestas sean las mismas de siempre, “no hay formas de apoyo”, hay irresponsabilidad paterna, “hay mucha materia para que el país avance y no siga cargando en los hombros de las mujeres tantos problemas”.

MÁS DE TRES MIL MUERTES

El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) registró 763 necropsias de mujeres el año pasado; 774 para 2014; 758 en 2013 y 708 en 2012

En tanto el año pasado el Ministerio Público (MP), registró 54 mil 795 denuncias por violencia física, psicológica y sexual a la mujer; para 2014 fueron 57 mil 508; en 2013 se recibieron 50 mil 716, y 2012 se contó con 45 mil 365 casos.

Para Mery Cruz, de la organización Mujeres Iniciando en las Américas, “asombran más los índices de violencia que hay en específico contra la mujer” y afirmó que la consecuencia fatal de la agresión contra la mujer la constituye el delito de femicidio.

El Organismo Judicial (OJ) informa que en 2015 se registraron 202 casos por el delito de femicidio, en tanto 101 sentencias fueron emitidas en ese año, de las cuales 71 fueron condenatorias mientras 30 se registran como absolutorias.

En 2014 el OJ conoció 122 casos y se emitieron 126 sentencias condenatorias y 33 absolutorias; para 2013 se registraron 78 casos y se finalizaron en 60 sentencias condenatorias y 18 absolutorias; en 2012 26 fueron condenatorias y 17 absolutorias.

Eso quiere decir en balance, que se presentan más denuncias, que casos ingresados a los tribunales; analistas señalan que las causas se deben en muchas ocasiones a que las víctimas desisten de las denuncias que presentan, y con ello exponen sus vidas.

Según la PDH, entre enero y octubre, el MP registró 12 mil 280 denuncias por delitos sexuales cometidos en contra de mujeres, en donde resultaron afectadas jóvenes de 13 y 17 años, siendo Guatemala, Escuintla, Alta Verapaz, Quetzaltenango, Petén, Suchitepéquez, San Marcos y Huehuetenango los que más registraron.

A criterio del analista Lizandro Acuña del Instituto de Problemas Nacionales (Ipnusac), la mujer representa un pilar de la sociedad, pero que vive en un país con tendencia machista, con lo cual se limitan sus posibilidades de desarrollo.

“La falta de respuesta por parte del Estado en proteger en este caso la vida principalmente de las mujeres, es otro de los temas también fundamentales por los que muchos casos quedan en la impunidad y eso lo que hace es fomentar la violencia contra de género”, aseguró.

La seguridad es limitada, opinó, porque hay desistimientos de denuncias por violencia intrafamiliar, y que terminan siendo asesinadas; “las amenazas están a la orden del día”, y por eso es que las mujeres se abstienen a denunciar, por lo que sería necesario el fortalecimiento en el MP en la atención a la víctima y protección.

Acuña agregó que si bien existe disminución en los hechos de violencia en contra de mujeres, los sucesos ocurridos preocupan porque contienen mucha “saña”, y “lamentablemente muchas adolescentes se relacionan con el crimen organizado”.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, destacan que si se facilita igualdad a mujeres y niñas en el acceso a la educación, atención médica, trabajo decente y se impulsan las economías la sociedad sería una de más beneficiadas.

“Sólo la mitad de las mujeres en las regiones en desarrollo reciben la cantidad recomendada de atención médica que necesitan”, afirma las Naciones Unidas.

UNA SOCIEDAD MACHISTA

Sin lugar a dudas existe un trato desigual hacia la mujer, advirtió la encargada de la Defensoría de la Mujer de la PDH, Miriam Domínguez, porque se ve la situación de la violencia en sus diferentes manifestaciones, desde la económica, social, física y psicológica.

Domínguez considera que en la participación política de la mujer persiste el machismo y discriminación, pues al aceptar a una mujer en un cargo público “se dan espacios de bajo rango que no van a tener el derecho de decisión”.

La lucha de las mujeres es una constante, y añadió que para una mujer dirigir una institución o municipio resulta complicado pues se evidencia el machismo preponderante en la sociedad guatemalteca.

“¡Qué podría hacer la sociedad sin las mujeres!, vemos verdad que el 52 por ciento lo conforman mujeres, sería la mitad de lo que conforma la sociedad; una mujer es madre, es profesional, es educadora, mire cuantos roles se le asignan a una mujer, tiene una gran responsabilidad en la sociedad”, afirmó.


MUJERES EJEMPLARES Y CUESTIONADAS

Roxana Baldetti asumió la vicepresidencia del país junto al expresidente Otto Pérez Molina; se perfilaba como representante de las mujeres en el país, sin embargo, los señalamiento de actos de corrupción en su gestión empañaron se figura.
Hoy es señalada de participar en la estructura criminal La Línea, y también por ser una protagonista en el escándalo del “agua mágica” del Lago de Amatitlán, negocios con los que se habría beneficiado.
En contraparte, surgió la figura integra de la Fiscal General y Jefa del MP Thelma Aldana, que ha demostrado su determinación por perseguir actos anómalos en las instituciones de gobierno, y que ha sido una lucha bien recibida por la ciudadanía.
La participación de la mujer en la política es notable pero poca, ya que, veintidós mujeres fueron electas para diputadas, de las cuales dos serían indígenas, de las 21 plazas para congresistas del Parlacen siete fueron dirigidas para siete titulares, según la PDH.
En tanto el actual Gabinete de gobierno solo cuenta con la representación una Ministra ocupando la cartera del Ministerio de Trabajo, lo que refleja una disparidad, tomando en cuenta que existe una mayor cantidad de mujeres en el país.
Carmen López de Convergencia Cívico Ciudadana, comentó que en la sociedad existe un imaginario social, de que todas las mujeres son solo una, sin tomar en cuenta que existen mujeres honestas. “Las mujeres en la política deberíamos hacer lo mismo que los hombres y que lleguen a los espacios de poder solo las más preparadas, las más éticas”, pues no solo basta con llenar espacios.


En Cifras

8 millones 272 mil 469 de personas son mujeres en Guatemala.

Q1, 144, es el salario más bajo que puede devengar una mujer en el sector informal.

450 mujeres murieron por mortalidad materna en 2015

54 mil 795 denuncias por violencia física, psicológica y sexual se presentaron en el MP.

“¡Qué podría hacer la sociedad sin las mujeres!, vemos verdad que el 52 por ciento lo conforman mujeres, sería la mitad de lo que conforma la sociedad; una mujer es madre, es profesional, es educadora, mire cuantos roles se le asignan a una mujer, tiene una gran responsabilidad en la sociedad”.
MIRIAM DOMÍNGUEZ PDH

Artículo anteriorOchaeta: “Es indispensable replantear el rol de la política social del Estado”
Artículo siguienteEl alcalde de Mixco, “Neto” Bran, terminará adoquinamiento