Por JILL LAWLESS
LONDRES
Agencia AP
Un voto afirmativo en el referéndum de la próxima semana terminaría con la unión de Escocia e Inglaterra, de 307 años, algo que llevaría a Gran Bretaña a aguas inexploradas, constitucional y económicamente hablando.
Durante meses, las encuestas mostraban una ventaja de los opositores a la independencia, pero la brecha se redujo antes de la votación, que se realizará el 18 de septiembre.
Una encuesta difundida el domingo colocó a las fuerzas independentistas a la cabeza, mientras que otros sondeos le daban la ventaja al bando del «No». La impresión de que la competencia está muy reñida sacudió a los mercados financieros.
En cierto momento el lunes, la libra cayó un 1,4% a 1,61 dólares, su nivel más bajo desde noviembre. Más tarde ganó algo de terreno, pero aún estaba casi 2 centavos abajo en la jornada.
Las acciones de las instituciones financieras con sede en Escocia, como el Royal Bank of Scotland y Standard Life también resintieron el golpe, al caer alrededor de un 3%.
Los analistas dijeron que cuando faltan 10 días para la consulta, los mercados están cada vez más propensos a contagiarse de las incertidumbres. Un vuelco a la independencia modificaría el estatus de Escocia en la Unión Europea, su parte de la deuda nacional de Gran Bretaña, su participación en los ingresos del petróleo del Mar del Norte y su moneda.
Los líderes independentistas alegan que una Escocia independiente seguirá utilizando la libra, pero el gobierno británico dice que no aceptará eso.
Brenda Kelly, jefe de estrategia de mercado de IG Group, dijo que los mercados estaban «comenzando a descontar lo que se consideraba impensable»: la ruptura de Gran Bretaña.
«Una cosa es cierta: si ahora tenemos esta especie de volatilidad ante la perspectiva de un voto afirmativo, ¿se puede imaginar la reacción si en efecto gana el voto del ‘Sí’?», opinó el analista Michael Hewson, de CMC Markets UK. «No es probable que sea algo bonito».