Impuesto de 3.5% a las remesas desata angustia en más de 40 millones de migrantes que residen en EE.UU

Agencia EFE

Más de 40 millones de migrantes, residente en Estados Unidos, resultarían afectadas en el país, de aprobarse el impuesto de 3.5% a las remesas por parte del Senado norteamericano.

El gravamen, inquieta a migrantes, incluyendo a la hondureña María Lorenza Carrasco, quien lleva 33 años en Florida, desde donde envía unos 1.300 dólares mensuales a sus dos hijas y a su hermano enfermo de cáncer.

«Es una ayuda que les doy yo a mis hijas y ellas sobreviven de eso, mi hermano, que tiene cáncer. Le van a hacer una operación ahorita a mi hermano, le han hecho tres operaciones en Honduras y le volvió el cáncer de nuevo», expuso la centroamericana a EFE.

La tasa afectaría a más de 40 millones de personas, tanto indocumentadas como residentes con ‘green card’, y otros visados de no inmigrantes, según denunció el Caucus Hispano del Congreso (CHC).

«Claro, (estoy) muy preocupada. Eso no puede ser, no puede ser eso. Imagínese, yo no gano mucho en este país, yo me sacrifico para mandarles el dinero», relató la hondureña amparada con el Estatus de Protección Temporal (TPS).

De la misma forma, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, denunció que el impuesto incumple un tratado vigente desde 1994 para evitar la doble tributación entre EE.UU. y México, que recibió un récord de casi 65.000 millones de dólares en remesas en 2024.

En la misma línea, Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre en Miami, pidió a la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, que reaccione, al citar datos del Banco Central que muestran que estas remesas son el 27 % del PIB hondureño.

Cámara de Representantes de EE.UU. envía al Senado plan fiscal que incluye impuesto a remesas aprobado

GOLPE A LOS MIGRANTES

Por ser el país con más inmigrantes, Estados Unidos es también la principal fuente de remesas del mundo, al concentrar una cuarta parte del envío total, con un estimado de más de 200.000 millones de dólares, según datos del Banco Mundial actualizados a finales de 2022.

En este contexto, migrantes como la hondureña Dalila Galvez interpretan el impuesto como un golpe para su trabajo y otros países, pues los 300 dólares que ella envía cada mes a su familia representan «mucho, demasiado porque compran comida, pagan luz y pagan cuando se enferman».

«Nosotros (los migrantes) somos lo que trabajamos en el sol (…) no somos haraganes, no somos ladrones, solo venimos a tratar de ganar un poco más para subir, poder (ayudar) allá a nuestro país», contó en una entrevista.

Pero las voces de estos inmigrantes están lejos de escucharse, pues Trump ha puesto todo su empeño para hacer que la propuesta de ley que incluye el impuesto a las remesas se apruebe antes de julio.

Sheinbaum pide a migrantes enviar cartas a senadores de EE. UU. para evitar impuestos a remesas

SENADO CONOCERÁ IMPUESTO 

La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó el plan fiscal y presupuestario impulsado por el presidente, Donald Trump, que ahora pasó al Senado, donde le espera otra ardua batalla en busca del voto final.

El megaproyecto bautizado por Trump como ‘El gran y hermoso proyecto de ley’ pasó con un estrecho margen de 215-214, con todos los demócratas en contra y la gran mayoría de los republicanos a favor, menos dos que le dieron un ‘No’.

La sesión nocturna en el hemiciclo duró más de 24 horas y el voto final llegó sobre las 07:00 hora local (11:00 GMT), luego de que miembros del ala conservadora del Partido Republicano cambiaron su posición contraria a un aumento del déficit nacional.

La aprobación sofocó los aislados actos de rebeldía de los indecisos, que buscaban profundizar en los recortes al gasto y agilizar su entrada en vigor. El Comité Nacional Republicano consideró que hubo una «muy significativa victoria para el pueblo estadounidense».

El megaproyecto busca extender las exenciones fiscales de Trump en su primer mandato (2017-2021) y añade nuevas rebajas, como las exenciones a las propinas y a las compras de automóviles fabricados en el país, junto a un incremento en los fondos para la gestión de la frontera y la aplicación de la dura política migratoria del presidente.

La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, en inglés) estimó en un informe actualizado que la nueva legislación sumará unos 3 billones de dólares en 10 años a la deuda nacional, actualmente calculada en más de 36 billones.

El aumento en el gasto público se compensaría con recortes a programas de seguridad social en más de 1 billón en la próxima década, que incluyen restricciones a la asistencia sanitaria Medicaid y Medicare.

Los fondos federales del Medicaid se reducirían en casi 700.000 millones, según la CBO, una oficina independiente que lleva la contaduría del Capitolio. El Medicare podría ver un descenso de 500.000 millones para mantener el déficit dentro de los márgenes legales fijados por el Congreso.

Estados Unidos endurece postura comercial: Trump recomienda fuertes aranceles contra la UE

La CBO advirtió que es posible que esa cifra aumente y añadió que la ayuda de cupones de comida también sufriría recortes de unos 267.000 millones de dólares.

Esto significaría que millones de personas quedarían sin cobertura en estos programas, que benefician a gente de bajos recursos y condiciones médicas.

Trump y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, han insistido en que los «trabajadores estadounidenses» no se verán afectados y que los recortes están dirigidos a eliminar prestaciones a «inmigrantes ilegales que se aprovechan» de estas ayudas.

Junto a la subida de las exenciones de impuestos locales y estatales, las restricciones a los programas de bienestar social han sido uno de los puntos de desacuerdo más agudos entre el ala centrista y conservadora del Partido Republicano.

Los conservadores piden recortes más agresivos e inmediatos, mientras que los moderados se muestran preocupados por la afectaciones que traerían a sus distritos y lo que esto podría implicar para su reelección en los comicios de medio mandato de noviembre de 2026.

Estos desencuentros amenazaron con demorar la aprobación del megaproyecto de ley en la Cámara de Representantes y provocaron advertencias por parte del mandatario republicano, quien visitó esta semana el Congreso para reunirse con los miembros de su partido contrarios a la propuesta y presionó para su pronta aprobación.

Poco después de la votación final, Trump pidió al Senado que se «ponga manos a la obra» y envíe este proyecto de ley a su escritorio «¡LO ANTES POSIBLE!». «No hay tiempo que perder», dijo en su red, Truth Social.

Johnson, por su parte, expresó su esperanza de que la legislación no sufra cambios significativos en el Senado, a quien pidió considerar la ley «como un esfuerzo de equipo».

El plan también incluye un polémico impuesto del 3.5 % a las remesas enviadas fuera del país, algo que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, criticó como «una injusticia» y una acción «discriminatoria» que afectaría a los migrantes mexicanos en EE.UU.

El megaproyecto también busca recortar programas de energía limpia impulsados por el expresidente demócrata Joe Biden (2021-2025) y subidas de impuestos a universidades.

El plan debe continuar ahora su tramitación en el Senado, donde los republicanos ostentan igualmente la mayoría con 53 escaños, frente a los 45 de los demócratas y otros dos independientes, que suelen alinearse con los progresistas.

El partido de Trump quiere tenerlo aprobado para el 4 de julio, Día de la Independencia.