Reunión entre Trump y Zelenski
Donald Trump y Volodimir Zelenski mantuvieron una tensa reunión en la Casa Blanca. Foto La Hora: EFE

La crisis entre Estados Unidos y Ucrania ha abierto un cisma que trasciende lo diplomático y afecta directamente al futuro de la guerra con Rusia. Mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, mantiene su presión sobre Volodímir Zelenski para aceptar un alto el fuego que, en las condiciones actuales, equivale a una rendición, la Unión Europea refuerza su respaldo al mandatario ucraniano y trabaja en su propio plan de paz, cada vez más alejada de la postura estadounidense.

La escena del pasado viernes 28 de febrero en el Despacho Oval marcó un punto de inflexión en la relación entre Washington y Kiev. La indignación de Trump por lo que considera un intento de Zelenski de corregir su visión prorrusa quedó patente cuando el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, ordenó al ucraniano abandonar la Casa Blanca.

ZELENSKI EN JAQUE 

El psicólogo español Dany Blázquez compartió en su cuenta de Instagram un análisis sobre la conversación, en el que calificó como una «clase magistral de manipulación» la manera en que Trump habría sacado provecho del encuentro para deslegitimar los argumentos de Zelenski. «Insinuó que Zelenski rechaza el alto al fuego cuando, en realidad, pidió garantías de que Rusia lo va a respetar», afirmó.

«La respuesta implícita de Trump es: ‘Si realmente quisieras la paz, aceptarías mi plan sin objeciones’. Fijaos cómo, en lugar de responder cómo Rusia va a cumplir su parte del trato, Trump desvía el foco. Cambia el relato para hacer ver que Zelenski es quien está bloqueando la paz», subrayó.

El profesional también señaló que, cada vez que Trump interrumpió a Zelenski, lo hizo desde una estrategia de dominación. «Es un chantaje emocional en toda regla: presentar el apoyo como un favor personal en lugar de una estrategia internacional en la que Estados Unidos también obtiene algo a cambio», explicó.

«Trump se victimizó, otra de las estrategias favoritas de los manipuladores: ‘Yo quiero la paz, estoy intentando arreglar este conflicto, pero tú no me dejas’. ‘La víctima soy yo porque ni siquiera me das las gracias'», señaló al analizar las justificaciones de Trump ante Zelenski en el Despacho Oval.

Desde entonces, la consigna en Washington es clara: o Kiev acepta el alto el fuego o tendrá que «luchar sola» y asumir las consecuencias. La postura de Trump, quien ve a Ucrania en una posición de debilidad absoluta, se alinea con la visión de potencias como Rusia y China: los países pequeños deben someterse a la voluntad de los grandes jugadores globales.

RUSIA SACA VENTAJA

En ello coincide Matthew Chance, de CNN, quien calificó lo ocurrido en la Oficina Oval como un «asalto político planificado, una trampa orquestada por la administración Trump para desacreditar al líder ucraniano y apartarlo como obstáculo para lo que venga después».

Sobre ello Chance expuso que Rusia, que gobierna el presidente Vladímir Putin, reaccionó con regocijo al intercambio de insultos en la Casa Blanca y ahora anticipa que las conversaciones encaminadas a reconstruir la relación entre EE. UU. y Rusia continuarán, e incluso se acelerarán, en las próximas semanas.

«No se ha anunciado nada en público, pero en privado se habla de que la cumbre Trump-Putin, siempre en juego, ahora se está acelerando», dijo.

También advirtió que «hay un renovado optimismo en Moscú de que, con el presidente Zelenski en desacuerdo con el presidente Trump y su equipo, las difíciles negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania ahora pasarán a un segundo plano frente a una serie de acuerdos económicos potencialmente lucrativos entre Estados Unidos y Rusia que ya se están negociando a puertas cerradas».

Por otra parte, el Financial Times informó que ha habido esfuerzos para involucrar a los inversores estadounidenses en la reanudación del gasoducto ruso Nord Stream 2 hacia Europa, que Alemania detuvo al comienzo de la invasión rusa de Ucrania.

La situación en general ha causado una presión adicional sobre Zelenski, no solo desde Washington, sino también desde la propia OTAN. Mark Rutte, secretario general de la alianza atlántica, ha insistido en la necesidad de mantener la relación con EE.UU. y «respetar lo que Trump ha hecho hasta ahora por Ucrania».

Aun así, la estrategia de Kiev se centra ahora en no avivar la confrontación y encontrar una salida que le permita seguir contando con respaldo occidental.

EUROPA REFUERZA PAPEL

Ante la incertidumbre sobre el futuro del apoyo de Washington a Ucrania, Europa ha comenzado a movilizarse. El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció que trabajará con el presidente francés, Emmanuel Macron, en un plan de paz que será discutido con Estados Unidos.

En paralelo, el primer ministro polaco, Donald Tusk, ha reconocido que la postura de Washington respecto a Ucrania es «complicada» y que Europa debe asumir un papel más activo en la resolución del conflicto. En esta línea, destacó que «Europa se despertó y es un gigante», refiriéndose a la capacidad del continente para actuar con independencia en términos militares y estratégicos.

El presidente polaco, Andrzej Duda, ha instado a Zelenski a regresar a la mesa de negociaciones con Rusia para garantizar la seguridad de su país. Sin embargo, su postura deja entrever una dependencia total de Estados Unidos: «No veo ninguna otra potencia en el mundo, aparte de EE.UU., que sea capaz de detener la agresión rusa».

En contraste, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, defendió una «paz justa y duradera» y advirtió que un acuerdo no puede «premiar al agresor». En su discurso, Sánchez subrayó que la política internacional no puede basarse en «vasallajes» y que Europa debe defender un orden basado en el respeto a las fronteras y la soberanía nacional.

CUMBRE DE LONDRES

El primer ministro británico instó a los líderes reunidos este domingo 2 de marzo en una cumbre sobre la guerra en Ucrania a intensificar su apoyo a Kiev y afrontar lo que describió como un “momento único en una generación” para la seguridad de Europa.

“Incluso mientras Rusia habla de paz, continúan con su agresión implacable”, advirtió Starmer al inicio de la reunión.

Flanqueado por el presidente ucraniano y el presidente francés, Starmer aseguró que los tres acordaron trabajar en un plan para frenar los combates y presentarlo ante EE. UU., donde se ha discutido la posibilidad de mediar un acuerdo de paz.

“Necesitamos acordar qué pasos surgen de esta reunión para lograr la paz a través de la fuerza en beneficio de todos”, afirmó. Starmer subrayó su intención de actuar como un puente para restaurar las negociaciones de paz, señalando que, en lugar de avivar la retórica, aprovecharía la coyuntura para reabrir el diálogo con Trump, Zelenski y Macron.

EL DESAFÍO EUROPEO

El liderazgo europeo en el conflicto se perfila en una triple estrategia: garantizar que Ucrania mantenga capacidad de defensa, estructurar un mecanismo de garantías de seguridad liderado por Europa y definir el papel de Estados Unidos en el proceso.

Starmer ha abogado por una «coalición de voluntarios» dentro de la Unión Europea para consolidar estas garantías, evitando la lentitud de los procesos individuales de cada país. Tanto Reino Unido como Francia se perfilan como los principales impulsores de esta iniciativa, que buscará dotar a Ucrania de un respaldo estable sin depender exclusivamente de Washington.

Si bien el respaldo estadounidense ha sido clave en la resistencia ucraniana hasta ahora, la postura de Trump ha llevado a la Unión Europea a acelerar su propia estrategia.

La pregunta sigue abierta: ¿podrá Europa sostener a Ucrania sin el paraguas de Washington? Lo que sí parece claro es que, en un momento de definiciones, el bloque europeo se está alejando cada vez más de Trump y asumiendo un rol que hasta ahora había delegado en Estados Unidos.

Con información de EFE.

Diego España
Periodista en la sección de Investigación de La Hora, especializado en el sector justicia, política y derechos humanos. Antes cubrió la fuente del Organismo Judicial. Se formó en Periodismo en la Universidad de San Carlos de Guatemala y cursa una maestría en Comunicación, Gobierno y Gestión Pública. Fue becario de la IWMF y Ciclos CAP.
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