Diseño La Hora / Roberto Altán

Obviamente los cambios en la política de Estados Unidos tendrán efecto alrededor del mundo y Guatemala no es la excepción sino que, al contrario, por la gran cantidad de migrantes guatemaltecos en ese país, posiblemente sea uno de los que en forma más rápida y directa tenga que enfrentar las consecuencias de las acciones de la nueva administración. Y ello lo debemos entender todos los guatemaltecos porque, de una u otra manera, las consecuencias nos van a alcanzar, pues el efecto de las deportaciones va muy en serio y nos pondrá a prueba como sociedad.

El gobierno actual, del doctor Bernardo Arévalo, no se ha distinguido por su determinación y firmeza en los temas estructurales del país, pero ante lo que se viene se demanda de él una acción coordinadora de los sectores (empresariales, académicos, sociales) para que podamos enfrentarlo. Los migrantes no se fueron de Guatemala por aventureros ni por ir a disfrutar de una mejor vida; en su enorme mayoría se marcharon de un país que no les ofreció las oportunidades necesarias para mantener, no digamos mejorar, su calidad de vida y volverán a ese país que, lejos de haber dado pasos adelante, ha retrocedido pues el Estado se concentró en dos cosas: robar y asegurar impunidad a los ladrones que acrecentaron las causas para migrar.

Obviamente hace falta un liderazgo propositivo que plantee respuestas inmediatas para lo que se ve venir en cuanto al retorno de mucha gente y, como consecuencia, una posible reducción de las remesas familiares que han sido fuente vital de ingresos para el país. Arévalo tiene que salir de esa zona de confort que ha sido característica del primer año de su gobierno para pasar a la ofensiva en un esfuerzo por unificar a los sectores de manera que podamos encarar lo que se viene y canalizar esta realidad en una oportunidad para Guatemala.

Siempre hemos pensado que la dirección del país se debe llevar con respeto a los derechos de todos, pero también con firmeza para hacer que el país avance; Arévalo recibió un claro mandato para acabar con los vicios que han hecho tanto daño y expulsado a tanta gente del país, pero la fuerza siniestra del mal ha sido más poderosa que el mandato popular y ha inmovilizado a un gobernante que necesita mayor determinación para enfrentar a esas fuerzas del mal.

Todos los guatemaltecos sabemos lo que nos espera si se ejecuta esa deportación masiva de compatriotas desde Estados Unidos y no logramos dar las respuestas acorde, ya que vendrán a un país carente de infraestructura y de políticas públicas para hacer frente a esa delicada situación. Y si el gobierno convoca a los sectores para actuar debe hacerlo con carácter y firmeza para que podamos dar ese necesario paso al frente para desmantelar la extensa red formada para mantener la corrupción y garantizar la impunidad, dando paso a que podamos hacer reformas legislativas para ejecutar mejor y más transparente, empezando a reconstruir el Estado de Derecho.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorCC rechaza inconstitucionalidad que buscaba que el Presidente pudiera remover a Fiscal General
Artículo siguienteInversiones: Infraestructura es clave y se necesita enfrentar déficit, según Moody´s