Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
En la vida siempre hay que tratar de ver primero el lado positivo de las cosas y siguiendo ese principio, es bueno que ayer el Ministerio Público (MP) haya iniciado algunas acciones en contra de Melvin Quijivix, quien fue delegado de Miguel Martínez en el Ministerio de Energía y Minas y luego designado como Presidente del Instituto Nacional de Electrificación (INDE) en la época del régimen Giammattei-Miguelito.
No obstante ver lo positivo, surge la duda de por qué el #FuerteYFirme solo hizo movimientos para “recabar información” o si eso habrá sido un aviso importante para Quijivix y toda su estructura para que se las “pelaran” o se “preparen”, como decimos en buen chapín.
Y es que alguien como Quijivix no se iba a mover solo si era de los que le tocaba recibir órdenes de Miguel Martínez. Si al ex presidente Alejandro Giammattei, ese mandatario que redefinió el concepto de “ser conservador”, Miguelito le pegaba unas buenas regañadas y le daba órdenes, ¿qué no iba a hacer con gente como Quijivix?
El MP está muy al pendiente de todas nuestras publicaciones, lo que demuestra que le somos sumamente relevantes y lo entendemos. Por eso con propiedad podemos afirmar que el ente investigador y en especial doña Consuelo Porras deben terminar ese divorcio entre fe y vida, usando las palabras de su santidad Juan Pablo II.
Yo nunca he oído que cuando las cosas se arreglan con maletas sea ella la señalada en la institución y muchos denunciantes mencionan a otros personajes que se encargan de dar las “vueltas”, pero explican que no denuncian porque sería el mismo MP el que debe “investigar. No obstante, doña Consuelo lo que sí tiene son obsesiones que se le vuelven manía y en la protección a Miguel Martínez sí que tienen un punto de coincidencia con sus subalternos.
Se ha vuelto un patrón que todo lo que puede afectar a Martínez, el MP o lo tergiversa o lo esconde para evitar que el joven cuyo mérito fue conseguir pareja, enfrente si quiera cualquier consecuencia legal.
En estos días, el MP prepara todo su esquema y narrativa de fraude electoral para, según ellos, irle a mostrarlo al nuevo Gobierno de Estados Unidos y por eso Jorge Santos, el ex director de informática del TSE se les vuelve clave. El punto es que la forma en la que los veremos de actuar en este caso, no se asemejará en nada a las investigaciones en las que el Jefe de Jefes o su pareja, Alejandro Giammattei, se pueden ver salpicados.
El MP nos puede poner todos los días “falso”, pero ellos, nosotros y buena parte de Guatemala sabe que más que sus tuits, serán sus acciones las que hablen porque, como dije, esa frase de San Juan Pablo II no se puede obviar especialmente si uno es de los que dice poner a Dios por encima de todo y se despide de la gente repartiendo “bendiciones”.
