Rodulfo Santizo

minchitoss1@yahoo.com

Guatemalteco, migrante, facilitador de procesos para fortalecer el tejido social, visor y monitor del bienestar social, multifacético, persistente, soñador por una Guatemala diferente, gestor en desarrollo.

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Es urgente que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala tome cartas en el monitoreo, control, evaluación y fiscalización para ver el desempeño de muchos de los funcionarios públicos que laboran en el extranjero y digo esto porque sorprende que han existido muchos rumores, quejas y denuncias formales en reuniones y por escrito de la comunidad y no pasa nada, tal vez porque no hay un sistema de control y supervisión cercano de las altas autoridades que a miles de millas se les dificulta ver la verdadera problemática que hay en las interioridades de muchos consulados.

He tenido oportunidad de tener acercamiento con muchos empleados públicos guatemaltecos en el exterior y no a todos los ponemos y metemos en el mismo canasto, porque hay personas que, si cumplen con la función que se les ha encomendado, pero otros dejan mucho que desear, por su prepotencia, arrogancia, falta de empatía con los usuarios migrantes, etc.

Precisamente, por esos LOBOS vestidos de ovejas es que hay mucha inconformidad de parte de la diáspora, siendo principalmente la forma de dirigirse a los migrantes con tono golpeado, gestos faciales y corporales cómo mandando un mensaje coercitivo, creyéndose en algunos casos la única y última Coca-Cola del desierto, tan solo por estar en un puesto público gubernamental.

Será que el Ministerio de Ambiente colabora con los migrantes para implementar un sistema de medición los decibeles cuando hablen estos funcionarios de los consulados, poniéndoles un Sonómetro portátil que indica la intensidad de sus voces al dirigirse a los usuarios porque normalmente muchos utilizan una forma de atender al migrante, cual capataz de finca que quiere que se le rinda pleitesía especial porque él es un empleado que goza de poder y por lo tanto se le debe mirar y ponerlo en un pedestal para rendirle honores; “Craso Error”, los empleados públicos existen porque hay una población demandante de servicios, los cuales deben ser prontos, cumplidos de alta calidad y ofrecidos con todo el respeto, porque un funcionario público es pagado con los impuestos de la población y por la tanto se debe a quienes con sus impuestos pagan su salario. Si no hay migrantes los consulados y los empleados no tienen razón de estar.

“Ojo, mucho Ojo”, Presidente Bernardo Arévalo, Vicepresidenta en su calidad de jefa de la Autoridad Migratoria, Señores Diputados, Señor Ministro de Relaciones Exteriores, Viceministro encargado del tema Migrante, y sus colaboradores porque existen duras críticas como el caso de Orlando con una organización “Amor al Prójimo” que denunció en un comunicado público denunciando al cónsul Oliva Calderón de Lake Worth Florida por su mal trato, prepotencia y arrogancia, caso similar al de Chicago en el que ustedes ya actuaron, dándole como premio un puesto de mejor jerarquía en Europa y una experiencia personal con un empleado que parecía pavo real en su corral con tonos de voz no adecuado para dirigirse a los usuarios.

Debemos como sociedad civil migrante denunciar ante las autoridades pertinentes cualquiera situación anómala que se presente en los consulados porque nos asiste el derecho y todos los funcionarios de mayor y menor rango tienen la obligación de rendirnos cuentas, porque son cuentadantes del manejo de recursos públicos y sus formas de comportarse con la población guatemalteca, les guste o no les guste están obligados y como dice Ben Ken Chin y Quique Godoy “No se Enoje” y si enoja tiene doble trabajo “Enojarse y Volverse a Contentar”.

¡Esos malos tratos deben parar ya!, urge un mecanismo más cercano de supervisar el accionar consular, esto no es nada nuevo, desde lejos cuesta controlar el actuar de los funcionarios; para eso están las denuncias de la comunidad porque bien dicen que cuando el río truena es porque piedras trae y ahora hacemos un llamado público a Contraloría General de Cuentas para que también se parte de este esfuerzo porque estoy muy seguro que las autoridades de la cúpula del Minex estarán contententos conque se denuncien las
situaciones irregulares que por la distancia ellos no quieren ver en a algunos casos o no tienen la capacidad para verlas.

Es nuestro deber hacer público estas anomalías para animar y motivar a la población migrante a que se meta más en el que hacer y funcionar de los funcionarios públicos, hay leyes de participación ciudadana que lo estipulan.

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