Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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La población en general ha esperado cada cuatro años que el Ministerio de Educación desarrolle como objetivo primordial el impulso del conocimiento, habilidades y actitudes para fortalecer el interés por la educación; y, cada cuatro años, hay una sensación de haberlos perdido debido a la satisfacción e intereses económicos personales y políticos de las autoridades, además del marasmo docente.

Guatemala enfrenta diferentes desafíos, entre los más importantes están sin duda la seguridad, salud, economía y el más preocupante es la materia educativa porque la población tiene cifradas sus esperanzas en el desarrollo educativo de sus hijos para que encuentren con el correr de los años y su interés personal las vías más efectivas para su desarrollo personal.

En esta era del conocimiento, donde la información y la tecnología son el motor del desarrollo económico, aparece la brecha digital en educación que se ha convertido en un obstáculo crítico. Según datos proporcionados por la UNESCO miles de miles de estudiantes fueron afectados por el cierre de las escuelas con motivo de la pandemia del Covid.

Esa circunstancia y la falta de acceso a tecnologías digitales dieron como resultado el agravamiento de las desigualdades existentes, pues profundizó la inequidad social en los países en vías de desarrollo donde la mayoría de los hogares carecen de acceso a internet; lo cual refleja una tremenda brecha en las oportunidades de acceso a la educación.

En la educación es el pilar fundamental para la formación de capital humano con capacidades para contribuir al desarrollo económico; sin embargo, sólo una minoría de estudiantes reciben algún tipo de educación en tecnología de información y comunicación, denominada TIC, lo cual genera que se limite el potencial económico del país y destaca la necesidad urgente de inversiones en infraestructura digital y educación.

Cerrar la brecha existente no es tarea sencilla, pues no se trata sólo de proporcionar los dispositivos, el objetivo es garantizar que la educación digital sea relevante y accesible para todo el sistema escolar.  Es necesario tomar medidas decisivas para cerrar la brecha, pues no se trata solo de una cuestión de equidad, el fondo es fomentar la educación de personas conectadas con el mercado laboral y el desarrollo económico.

El futuro es de quienes se atreven a aprender y evolucionar para gozar en un futuro cercano de una prosperidad compartida, es decir, que los logros educativos sirvan de base para el desarrollo de sus habilidades y talento en beneficio económico personal y familiar.

El proceso educativo en las áreas rurales debe ser atendido con suma urgencia, pues al no tener control o supervisión no pueden evaluarse los resultados pedagógicos que se persiguen; la formación educativa de los docentes y la oportunidad de recibir clases presenciales son los motores de un buen desarrollo en la comunidad educativa.

La tecnología digital debe llegar de forma oficial a los centros educativos rurales, es decir que, se pueden aunar esfuerzos con la iniciativa privada, léase telefónicas que operan en el país, para que contribuyan específicamente con proporcionar a cada escuela o instituto el servicio de internet gratuito para los estudiantes del país.

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