El exfrancotirador de la Policía de Nicaragua Fanor Alejandro Ramos asegura que nunca lo “doblegaron
El exfrancotirador de la Policía de Nicaragua Fanor Alejandro Ramos asegura que nunca lo “doblegaron", pese a la tortura física y psicológica a la que fue sometido durante casi cinco años preso por haberse negado a ser "paramilitar". EFE/ David Toro

Hasta abril de 2018, Fanor Alejandro Ramos, fungía como francotirador de la Policía de Nicaragua, sin embargo, las protestas que sucumbieron al país centroamericano en una ola de protestas en contra de la dictadura de Daniel Ortega, cambiaron la vida del agente, quien tomó la decisión de ceder y evitar la represión de estudiantes, incluyendo su hijo, lo que le costó prisión y el exilio en Guatemala por parte del régimen.

En medio de protestas en la que solicitaban la dimisión de Ortega, Ramos se negó a formar parte de un grupo de paramilitares que con el consenso de la Policía y la dictadura, buscaba reprimir a los estudiantes que se movilizaban. Lo anterior es parte de una entrevista que la agencia EFE le hizo a Ramos.

«En el estallido social de las protestas de 2018, mi hijo estudiaba ingeniería mecánica en la Universidad Nacional de Ingeniería. Salió a manifestar el 19 de abril y le metieron una posta de escopeta en la rodilla derecha. Me duele la sangre de mi hijo. No podía prestarme a ser parte de algo igual», explicó a EFE.

El exfrancotirador tuvo que tomar la decisión de enviar a sus dos hijos mayores hacia el exilio, sin embargo, sería el inicio, ya que en diciembre de 2019 el gobierno de Ortega le acusó de pertenecer a una red criminal.

Ramos niega la acusaciones, pero en un proceso penal el cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos aseguró que estuvo plagado de irregularidades, el exagente policial fue envíado a prisión por ocho años, acusándole de almacenar 300 kilos de cocaína.

 

DICTADURA LE ACUSÓ DE TRAIDOR

La dictadura Ortega-Murillo puso los ojos en Ramos desde 2010, ya que fue dado de baja de la Policía de Nicaragua, por una supuesta falta de idoneidad, lo cual aseguró a EFE que era “absurdo”.

Un año antes, la policía nicaragüense le otorgó un reconocimiento conocido como “medalla de valor”, el cual es entregado a los agentes policiales que han puesto en riesgo su vida durante operativos.

La administración de Ortega lo calificó como “traidor”, ya que afirmaban que era un agente de la inteligencia americana, ya que criticaba a la dictadura, y que tenía un plan para matar a Daniel Ortega.

“Se inventaron toda una novela en mi contra. La persecución que tuvieron en mi contra tantos años, mi despido y la tortura a la que me sometieron, es por causas políticas claramente”, contó a EFE.

TORTURA

Ya en prisión, Ramos afirmó a EFE que sufrió tortura, y que era un “pan diario”. “Pedía analgésicos para el dolor y el director de la cárcel me llegó a decir que si seguía pidiendo pastillas me iban a golpear”, le mencionó a EFE.

Al ser entrevistado por EFE en un hotel de la Ciudad de Guatemala en el que se encuentra tras ser exiliado, Ramos gruñó constantemente, ya que durante su permanencia en en el “infiernito” la cárcel de máxima seguridad “la 300”, recibió una golpiza en febrero de 2023.

Además de las decenas de golpizas que recibió, Ramos también logró una huelga de hambre de 28 días y desde que ingresó al penal perdió más de 60 libras.

«Habían unos 40 a 45 grados centígrados en esas celdas. Era un infiernito. Muchos se desmayaban en las noches. Además (permanecíamos) desnudos y engrillados de pies y manos siempre. Es una cosa horrible y no dejo de pensar en los compañeros que siguen sufriendo todo eso», detalló.

NO LE QUITAN LO NICARAGÜENSE

Pese a que, luego que la dictadura lo expulsara de su tierra natal y le arrebatara la nacionalidad, Ramos permanece firme. “Con una pluma no me quitarán el orgullo de ser indio, trompudo, feo y güegüense, hijo de Tamagastad y Cipaltonal, hermano de Quetzalcóatl», agregó.

Con anhelo, el exagente policial afirmó que quiere viajar a España, en donde vive su nieta, y a Estados Unidos, a donde tuvo que migrar su esposa a quien dijo no haber visto “en tantos años”.

«Creo firmemente en que es posible hacer justicia, demostrar cómo el Estado nicaragüense violentó todos mis derechos, me secuestraron y me torturaron», agregó, anhelando que la justicia internacional responsabilice al régimen orteguista.

«Volveré a mi pueblo por aquel camino sembrado de ayeres, ranchos y dolores, como dice la canción de Luis Enrique Mejía», agregó.

SON RECIBIDOS EN GT

En total, 135 presos políticos nicaragüenses fueron trasladados a Guatemala después de varios esfuerzos entre los Gobiernos de Guatemala y Estados Unidos. “Una vez en Guatemala, a estas personas se les ofrecerá la oportunidad de solicitar formas legales de reconstruir sus vidas en los Estados Unidos u otros países a través de la iniciativa Oficina de Movilidad Segura del presidente Biden”, expresó la administración Biden-Harris.

“Subrayamos que una amenaza a la democracia en cualquier lugar es una amenaza a la democracia en todas partes. Todos tenemos la responsabilidad de proteger a quienes defienden la democracia y los derechos humanos en todo el mundo. Guatemala y Estados Unidos seguirán solidarizándose con el pueblo nicaragüense y con todos los que pacíficamente buscan que se escuche su voz”, agregó.

***Con información de David Toro Escobar para EFE

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