Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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“Si nos quitan la libertad de expresión nos quedamos mudos y silenciosos y nos pueden guiar como ovejas al matadero”. George Washington

En los últimos años ha surgido una corriente que pretende hacer desaparecer gradualmente una de las mayores libertades de las que ha disfrutado el ser humano, en la corta era democrática que ha vivido la humanidad en una parte del mundo occidental, que se ha caracterizado por proteger los derechos fundamentales de la sociedad en general, especialmente la libertad de poder emitir nuestro pensamiento.

Paradójicamente, son los regímenes teóricamente socialistas los que han iniciado a atacar los resultados de  una de las máximas conquistas que ha logrado el ser humano, como lo es la libertad de expresión, reconocida en nuestra Constitución, y en la de la mayoría de las democracias, las que a partir del segundo decenio del presente siglo, han sufrido un evidente retroceso en la mayoría de sus conquistas, hasta llegar al momento en el que, utilizando argumentos tan baladíes como el combate a las mentiras, los gobiernos dictatoriales, y  quienes van por ese camino, han decidido utilizar incluso a los tribunales de justicia, la censura a las personas en general,  por medio de crear barreras hacia determinadas formas de información como la red social X antigua Twitter, y que de aceptar con nuestro silencio esta flagrante violación a nuestros derechos fundamentales, la misma suerte correrán otras formas de comunicarnos.

En Latinoamérica se han unido a dictaduras históricas como la cubana, y la nicaragüense, la venezolana y recientemente la brasileña, que preocupantemente se autodenominan socialistas, hay que recordar que Hitler también era socialista, y que en nombre de esta ideología cometió los mayores crímenes del siglo pasado, es alarmante que bajo el argumento de que se trata de fake news, noticias falsas, mentiras, discursos homofóbicos o cualquier otro tipo de excusa, que así como se han ido eliminando otros derechos que hicieron de los años ochenta y noventa un paraíso social, pretenden hoy seguir eliminando otros, y así iniciar con una agenda anti todo, que empezó desde el inicio del primer decenio, y que se agravó en la pandemia.

Lula, un presidente que obtuvo el poder con un escaso margen que no supero el 1.80 de diferencia, un empate técnico a todas luces, defiende que un juez, en un proceso por demás cuestionable ordenó el bloqueo de la red social X, y otras sanciones por la utilización de herramientas tecnológicas para seguirse comunicando por esta red, el caso tiene muchas aristas preocupantes, pero lo que nos interesa como sociedad es la agresión por parte un juez cercano a Lula a la libertad de expresión de los brasileños.

En Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el jueves 9 de agosto, sacar de circulación la misma red social durante un plazo de 10 días, pero, por medio de las VPN los venezolanos siguieron denunciando ante el mundo la consumación de uno de los más descarados fraudes electorales de los últimos años, sumándose así a otras dictaduras occidentales que ha limitado los derechos de las personas incluyendo la de expresión.

Nosotros acá nos encontramos ante una situación parecida, porque un juez incluido en la lista Engel, giró órdenes a la Fiscalía de Asuntos Internos del Ministerio Público para que presente un informe sobre las publicaciones periodísticas de un proceso, porque a consideración del funcionario público, los medios de comunicación están tergiversando la información.

¿Desde cuándo un ente administrativo como el MP, o un funcionario judicial como lo es el juez, tienen la potestad de calificar la información de los medios de comunicación?, solamente la realización del informe es en si una grave violación a los derechos de la ciudadanía guatemalteca en el ejercicio de su derecho a la información, consagrado en el artículo 35 de la Constitución, desarrollado en la ley respectiva que contiene la forma de denunciar y procesar cualquier mala utilización de este derecho.

Ha sido tan difícil lograr que se respeten derechos fundamentales como el mencionado, que debe ser una obligación moral que todos sin diferencias ideológicas nos opongamos a que se limite o destruya una de las principales conquistas como lo es la libertad de poder manifestar nuestra forma de pensar.

Las tiranías tienen como principal característica, la represión por medio de la prohibición de libertades fundamentales como lo es la expresión del pensamiento.

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